Moloch será vencido por una Mujer y Amy Coney Barrett

ya llegó a la Corte Suprema

Por José Eduardo Limón Camacho.

Analista

Ante aquella gigantesca estatua de bronce, con un horno a la altura de las entrañas los antiguos cananeos o fenicios le rendían culto al sanguinario Moloch. ‘‘Las madres arrojaban a sus propios hijitos vivos en el incandescente vientre de Moloch, el que, esperándolos de brazos abiertos, devoraba a sus pobres y pequeñas víctimas. Y para atenuar la repulsa causada entre los que asistían a tales escenas, los inicuos sacerdotes de Moloch tomaban el cuidado de hacer tocar las trompetas y redoblar tambores para sofocar la infernal melodía de los gritos de los inocentes’’.

El pueblo de Israel, vivió en constante pugna en contra de los adoradores de la muerte y en algunas ocasiones estuvieron subyugados a su régimen tiránico. Nada era más repulsivo para los israelitas, que ver cómo se levantaban a sus alrededores estatuas de Moloch; pero al mismo tiempo, cierta cobardía los mantenía en el silencio absoluto frente al sacrificio generalizado de los infantes.

Pero en aquellos tiempos convulsivos, en el que el hombre prefería vivir en el cómodo mutismo, Débora, asumió el liderazgo de su pueblo como Juez y “Madre de Israel” y los guío a la victoria en contra del tirano Jabín que por más de 20 años llevaba asolando a los israelitas. Con su mandato, llegó un tiempo de paz y pudieron las madres ver crecer a sus hijos sin temor a que fueran arrojados al horno de Moloch.

Y después de tres mil años, la historia parece repetirse. Amy Coney Barrett, la nueva Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América, ha puesto a temblar a todos los promotores del aborto y defensores de la ideología de género.

Su llegada a la Corte, se ha dado en medio de una fuerte contienda electoral en la que Donald Trump, ha manifestado públicamente su intención de promover una agenda gubernamental, que proteja a los niños por nacer, así como quitar de las finanzas públicas el apoyo de miles de millones de dólares que reciben las clínicas abortivas.

Obviamente, su nominación no generó ninguna simpatía en los promotores del aborto, quienes, en un intento de desprestigiar a Amy Coney Barrett, criticaron su fe católica, argumentando que su juicio estaría nublado a la hora de resolver un caso, incluso en la mayoría de los noticieros desplegaron encabezados en los que la llamaban ultraconservadora. A lo que es justo preguntarse: ¿en qué calidad se encuentra el juicio de aquellos que ignoran cualquier argumento científico y biológico e imponen una ideología como verdad absoluta?

Esta campaña de desprestigio en su contra tiene una muy sencilla explicación; temen su ascenso a la Corte, porque saben que aplicará la ley e impartirá justicia, teniendo bien claras las nociones y los principios del Derecho. Porque la defensa de la vida, en cualquier etapa de su desarrollo no requiere mayor complejidad técnica ni argumentos rebuscados, sino únicamente una correcta interpretación de la norma que no quede a merced de relativismos y no tenga disonancia con las ciencias más elementales.

La nueva Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, es todo lo contrario al modelo de Mujer que el feminismo tanto lucha por imponernos. Con 48 años es la mujer más joven en ascender a la más alta dignidad jurisdiccional, es Madre de siete hijos (dos haitianos y un pequeño con síndrome de Dow), ama a su esposo, es católica y no tienen ningún reparo en mostrar públicamente su Fe Católica. Es en definitiva una mujer libre que en un mundo competitivo ha sabido abrirse paso y demostrado que la crianza de los hijos es una tarea que no menosprecia a la mujer, sino que la dignifica.

El culto a Moloch, tiene los días contados en el suelo norteamericano, el sacrifico de miles de niños que se realiza en las clínicas abortivas debe parar. Debemos impedir que los inicuos sacerdotes de Moloch, sigan tocando las trompetas para que nadie escuche los lamentos de los niños por nacer. Quien mejor que una Mujer, para aplastar la cabeza de aquel despiadado enemigo que le arranca el fruto de sus entrañas para arrojarlo al fuego.

La batalla por la vida, es cada vez más fuerte y para lograrla debemos estar prestos al sacrifico y abandonar los respetos humanos. Amy Coney Barrett, encabezará esta lucha por la vida y la familia desde el máximo Tribunal Norteamericano y sus pasos se dejarán sentir por todo el resto de América. Débora, profetizó que sería una mujer la que daría muerte a Jabín adorador de Moloch y así fue; bajo la mano de Jahel, un clavo atravesó las cienes del temido cananeo y logró lo que ningún soldado israelita. En nuestro siglo, sólo una mujer puede detener esta cultura de la muerte.

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