El Magisterio sin Cabeza

Mtro. Gabriel Dueñas.

Analista

Aquellos que educan bien a los niños merecen recibir más honores que sus propios padres, porque aquellos sólo les dieron vida, éstos el arte de vivir bien. Aristóteles

La historia del Magisterio Nacional, aún con sus luchas reivindicadoras de 1956 – 58, lidereadas por el Maestro Othón Salazar desde el Movimiento Revolucionario del Magisterio, es una historia de injusticias, imposiciones, manipulación corporativista, cacicazgos, represiones y pugnas políticas internas por el poder.

El 1972, Vanguardia Revolucionaria del Magisterio se constituye en una fuerza sindical creada por Carlos Jonguitud Barrios, que inaugura una etapa de institucionalidad del charrismo sindical en el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación. Periodo que instituye una práctica sindical de nepotismo, de privilegios y de corrupción. En ese marco, en 1979 se consolida la opción política sindical de la disidencia, organizada en la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), quien actualmente concentra sus fuerzas en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Organización que desde entonces ha mantenido una permanente lucha por los derechos y demandas sindicales, laborales y profesionales de los Maestros.

El cacicazgo de Jonguitud Barrios, se derrumba en 1989, que prácticamente es destituido por Salinas de Gortari, cerrando un ciclo del charrismo político sindical, para iniciar la era de la Maestra Elba Esther Gordillo ejerciendo el poder hegemónico en el SNTE durante más de 23 años. El columnista Heriberto Medina[1] documenta esta historia de poder, corrupción y traiciones de manera contundente cuando escribe que:

La pequeña lista de los líderes nacionales del magisterio huele a traición y podredumbre, Jonguitud Barrios formó parte del grupo en el poder que encabezó Robles Martínez, a quien después destituyó; Elba Esther Gordillo fue integrante del movimiento Vanguardia Revolucionaria encabezado por Jonguitud, a quien después sustituyó en el cargo; Díaz de la Torre era considerado incondicional de Gordillo y ahora despacha en su lugar.

Es importante considerar que, en el gremio magisterial, se gestaron y existen diversas corrientes sindicales que políticamente constituyen grupos organizados desde la trinchera de la disidencia sindical, enarbolando demandas que los “institucionales” han abandonado por negociar con los poderes presidenciales y oficiales, cuotas de privilegios.

El escenario actual, después de la reforma implementada e impuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, estratégicamente diseñada para colocar al magisterio en el banquillo de los acusados y cancelar los derechos conquistados legítimamente por los Maestros. Se han gestado, en la coyuntura de la 4T, del Gobierno Lopezobradorista, Nuevas agrupaciones magisteriales que se han posicionado contra el actual Dirigente Nacional, Alfonso Cepeda Salas y su estrategia de mantener una política ficción sindical, demandando, entre otras cosas, la democratización del sindicato, lo cual implica la elección de dirigencias mediante voto directo, libertad sindical y rendición de cuentas.

Maestros por México, Redes sociales Progresistas y 32 Por la Reivindicación del Magisterio A.C. Se presentan como alternativas de lucha frente a una práctica sindical neocharrista. Las dos primeras atribuidas a Elba Esther Gordillo y la tercera lidereada por el Maestro Rafael Ochoa. Otra vez detrás de sus banderas sindicales aparecen las ambiciones de poder y la intencionalidad maquiavélica de lograr el control de los más de un millón y medio de los trabajadores de la educación.

Sin embargo, hoy la lucha de estas organizaciones es valida frente a los problemas de asignación de plazas, salarios sin pagar y de la grave agresión a los derechos de los maestros jubilados. Ahora agréguele la insensibilidad de las estructuras gubernamentales que administran la educación para aceptar que, en medio de la crisis pandémica, el magisterio se mantiene de pie dando lo mejor de su esfuerzo hasta en situaciones críticas. Por lo que, además de recibir solo discursos demagógicos alabando su “heroísmo”, no se mira, no se siente, no se concreta estimulo alguno o apoyos extraordinarios tanto en lo económico como en lo tecnológico, para “revalorizar” el papel protagónico de los maestros en el esquema del fracaso, denominado “aprender en casa”.

La convocatoria a integrarse a organizaciones sindicales que luchan por la reivindicación de los derechos laborales, profesionales y sociales de los trabajadores de la educación, se mantiene como una opción, como la del Movimiento Nacional para la Transformación (MNT) del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El malestar del magisterio, su estar encadenado a un papel de “correa de trasmisión” de aprendizajes sin contextualizar las condiciones de trabajo que le han impuesto las medidas de prevención y confinamiento del COVID – 19, acumularan las rabias pedagógicas para generar las voces que se atrevan a protestar, a demandar a enjuiciar una política educativa y sindical que los usa, los manipula y les cancela su derecho fundamental a ser maestros con dignidad humana.

Construir la organización amplia, plural y militante para que la inconformidad del magisterio se organice, reclama de constituir un magisterio con cabeza, con liderazgos honestos y comprometidos con las bases magisteriales. Son tiempos que reclaman de una nueva generación de maestros, que con sus banderas legitimas en mano, tomen por asalto el cielo.


[1] https://vanguardia.com.mx/columnas-roblesjonguitudgordillo-1496829.html

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