Contra las ideas nacional socialistas

Por Gilberto Miranda Chávez.

Analista

Dijo la diputada federal de Ciudad Juárez, Andrea Chávez, en una reciente intervención discursiva: “La reforma eléctrica tiene un corazón profundamente nacionalista, porque busca devolver al Estado Mexicano la soberanía y la seguridad energética, pero también profundamente revolucionaria porque busca acabar con los caciquismos privados extranjeros que se adueñaron del mercado eléctrico mexicano”.

Este breve párrafo, contiene una serie de errores que denotan una profunda ignorancia en el funcionamiento del mercado, ese mercado del que ella dice que se adueñaron los privados extranjeros.

Por lo tanto, es necesario con carácter de urgente que, ante estas personas con posturas nacional socialistas, seamos ideológicamente beligerantes e ideológicamente pedagógicos, porque difunden ideas erróneas y, además, estas personas, al ser cobradoras netas de impuestos, nos cuestan mucho a los ciudadanos.

Cuando se hace referencia a una reforma con un corazón profundamente nacionalista, sin importar acerca de qué reforma se trata, evidentemente se limita y se restringe el comercio al ámbito local, lo que conlleva serias dificultades para la realización de los intercambios voluntarios propios del libre mercado, en donde se intercambian productos y servicios para el enriquecimiento tanto de los oferentes y de los demandantes. En el libre mercado, no existe el comercio nacional o internacional, existe el comercio.

Cuando se hace referencia a devolverle al Estado Mexicano, la soberanía y la seguridad energética, habría que aclarar que el Estado Mexicano, nunca ha tenido soberanía y seguridad energética, ni siquiera Estados Unidos las tiene siendo la principal potencia económica. Estados Unidos ha tenido que negociar recientemente con Venezuela por el petróleo venezolano. No sé qué les hace pensar que México sí puede lograr la soberanía y la seguridad energética de la que tanto hablan.

Si se combinan las dos ideas, el nacionalismo al hablar de una reforma con un corazón profundamente nacionalista y la propiedad pública de los factores de producción al hablar de devolverle al Estado Mexicano, la soberanía y la seguridad energética, podemos encontrar en el discurso una evidente inclinación por las ideas del nacional socialismo.

Las mismas ideas nacional socialistas que han derivado en catástrofes sociales, políticas y económicas a lo largo de la historia y que se están aplicando en México en su esencia, aunque, afortunadamente, todavía no en el mismo grado.

Cuando se hace referencia a acabar con los caciquismos privados extranjeros, hay que aclarar que en el mercado a esos que se les desprestigia como caciques extranjeros son inversores extranjeros que traen capital a nuestro país y lo arriesgan, a pesar de las pésimas condiciones que existen, y aun así generan derrama económica y empleos que no existirían sin esa inversión, mejorando entonces la calidad de vida de los mexicanos porque, aunque los salarios sean bajos, sin esa inversión, los salarios serían de cero.

Es raro que una persona de Ciudad Juárez, no tenga una visión más global, más capitalista, más liberal; es raro porque en esta ciudad, nos hemos beneficiado del comercio y de la inversión extranjera, e incluso de las bondades de poder cruzar a Estados Unidos y disfrutar del capitalismo más salvaje. Es raro que los diputados y senadores, tengan una visión tan limitada. Es por eso que quienes creemos en la fuerza creativa y las funciones empresariales debemos ser ideológicamente beligerantes e ideológicamente pedagógicos con los cobradores netos de impuestos.

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