¿Qué resuelve la legalización de la Mariguana?
Por José Eduardo Limón Camacho.
Analista
¡Tantas crisis, tantos embates, tanto dolor, tanta desesperación y tantos problemas por resolver! Pero los siempre sabios y conocedores de la realidad social han concluido; desde el Senado de la República, que la mejor manera para sobrellevar la tragedia que vivimos es ofrecerle al pueblo de México que se olvide de todo lo que ocurre a su alrededor y se deje llevar por los efectos lúdicos de la mariguana.
Pretenden convencer a la sociedad, que la regulación del consumo y distribución de la mariguana es un paso más en la búsqueda de las libertades humanas y que resolverá en gran medida la enorme crisis de inseguridad por la que atraviesa el país desde el año 2006 y que no ha hecho otra cosa más que agravarse.
Planteamientos que carecen de lógica y son una respuesta bastante simplista ante tan agudo problema; es como querer tapar el sol con un dedo.
Debe primeramente destacarse que: ‘‘…múltiples investigaciones dan cuenta que el consumo del cannabis, genera cambios estructurales y funcionales en el cerebro y en el sistema nervioso. Entre ellos, el deterioro de la capacidad para recordar información nueva, alteraciones de la percepción de espacio-tiempo; eleva la frecuencia cardiaca y disminución de la presión arterial, aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos y disminuye las respuestas inmunológicas; además de alterar la coordinación motriz al impedir el desempeño adecuado en actividades físicas (deportes, conducción de vehículos, actividad sexual, etcétera); en tanto que se le asocia a la depresión y el nerviosismo, a bronquitis e infecciones pulmonares…’’ (El cerebro, las drogas y los genes).
Pero no sólo afecta al individuo que la consume, pues ese sería el menor de los males, sino que también destruye el entorno en el que vive el consumidor; poco a poco debilita la estructura familiar y las relaciones sociales se vuelven insoportables.
Para corroborarlo, nos basta escuchar el testimonio de las personas que se han sometido a tratamientos de rehabilitación o de quienes han convivido con algún adicto y llegaremos a la conclusión de que el consumo de las drogas únicamente trae conflictos.
Por otro lado, es preciso recordar que llevamos más de 13 años inmersos en una constante pugna, que mantienen las diversas células del crimen organizado para apoderarse del tráfico de las drogas; la batalla es a muerte y desde el sexenio de Calderón a la fecha, han muerto un promedio de 336 mil personas relacionadas con los cárteles de la droga. Frente a esta cantidad tan exorbitante de personas ejecutadas, es una miopía pensar que con la legalización de la mariguana estos grupos criminales simplemente van a desaparecer o disminuir su actividad en el país; ahora resulta que van a deponer sus armas y dejar que el sector privado se inmiscuya en sus negocios.
Lo que básicamente sucede con la despenalización de la mariguana, es que el Estado les da legalidad a sus actuaciones vinculadas con los grupos criminales y entra abiertamente en el negocio de las drogas. Es una visión que tiene más fines recaudatorios que ganas de solucionar el problema de fondo.
Además, debe considerarse que muchos otros elementos participan en el negocio de las drogas y no pueden ser olvidados en este debate. Generalmente lo acompañan la trata de mujeres, la violencia, la corrupción de menores, los robos, secuestros, extorciones, la corrupción de funcionarios públicos, desintegración familiar, abandono de la educación, pérdida de capital humano en los trabajos y otros tantos peligros que asechan a nuestra sociedad.
Es una irresponsabilidad por parten de los legisladores, olvidarse de todos los elementos que integran el negocio de las drogas y proponer una regulación que no combate la causa misma del problema.
En definitiva, su legalización no remedia nada, no le brindan mayor libertad a la ciudadanía y no terminará con las células criminales. Lo único que hay es una falsa concepción de libertad y una evidente necesidad de legalizar el narco estado mexicano.