El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco.

La iglesia católica también opina

Al principio fue con cierta timidez y con voces muy específicas, como la del Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, que se hizo sentir la opinión de la iglesia Católica en lo referente al rumbo que toma México y la forma como lo dirige el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Parecían más expresiones particulares que institucionales; pero de pronto la curia eclesiástica parece que determinó tomar un papel más activo en las actividades de la vida pública y estableció posturas en diversos temas, incluso en la parte electoral.

En México todavía hay “comecuras” y “quema iglesias”, pero es innegable que por muy deteriorada o desprestigiada que puedan encontrarse algunas figuras sacerdotales, la iglesia Católica conserva un amplio mercado de fieles que no solamente escuchan con atención los dictados que se emiten desde el púlpito, sino que se convierten en repetidores de los mismos y eso los convierte en voceros no visibles de acciones específicas.

Por los llamados que hacen a su feligresía, resulta evidente que el clero no está de acuerdo con algunas políticas públicas, con determinadas decisiones y no le gusta para nada el rumbo que marca el país.

Dos ejemplos son indicativos del papel que la jerarquía eclesiástica está jugando.

La Arquidiócesis primada de México, planteó con respecto al tema de los nuevos materiales educativos que está editando el gobierno de la 4T, su desconfianza en la premura que tiene el titular de Materiales Educativos, Max Arriaga por terminar con el rediseño de algunos libros de texto gratuitos.

En este sentido, la expresión de la jerarquía Católica fue mordaz: “ni la prisa ni la urgencia son buenas consejeras cuando se trata de revisar libros de texto”, esto luego de que en menos de tres meses se evaluaron materiales didácticos y libros de texto.

En el editorial del órgano de difusión Católica, “Desde la Fe”, también plantearon que la prisa provoca “procesos sin metodología ni orden y despiertan sospechas sobre una posible manipulación ideológica que traería de regreso un adoctrinamiento de parte del estado hacia los niños”.

Cabe destacar que esta misma postura de la Iglesia, por demandar “trasparencia y neutralidad”, la comparte la directiva de Coparmex, con José Medina Mora Icaza como su cabeza.

El otro ejemplo, es el llamado lanzado en distintos estados del país por los arzobispos y obispos católicos, en el sentido de pedirle a la población que acudirá a votar que no entreguen su sufragio a favor de candidatos que no se manifiesten a favor de la vida.

No es un secreto que legisladores y legisladoras de Morena, han sido los principales impulsores de leyes a favor del aborto; tampoco se ignora que muchos grupos de feministas que comulgan con esa idea fueron alentados por Morena para presionar en favor de ese tema y aunque luego fueron desdeñados por el propio López Obrador, sigue siendo una causa de Morena.

Ahora la Iglesia Católica, a través de sus jerarquías en las arquidiócesis y diócesis, sale a establecer una postura que pretende lograr compromisos de muchos candidatos que no comulgan con las ideas de izquierda emanadas del Foro de Sao Paulo, entre ellas el aborto, para que no vayan a legislar o votar a favor de la despenalización del aborto.

El tema importante es que, en diversas regiones del país, ese llamado ya es replicado también por los sacerdotes en sus parroquias y alistan a sus grupos de feligreses para ejercer presión y lograr que los candidatos firmen cartas compromiso o establezcan posturas públicas donde se desliguen del aborto y se manifiesten a favor de la vida.

Muchos podrán señalar que la postura de la iglesia Católica es retrógrada y que va a contracorriente de los tiempos modernos; pero es innegable que con una población donde el 85 por ciento dice profesar la fe Católica, el impacto y el llamado que hacen las jerarquías y que replican los sacerdotes en sus parroquias no debe minimizarse y menos porque existen antecedentes electorales donde indican que este tipo de acciones tiene un impacto entre el 5 y 10 por ciento del electorado que sí acude a votar.

Con campañas tan cerradas, un porcentaje de esa naturaleza no es nada despreciable y por el contrario puede significar el ganar o perder la elección. El candidato o candidata que pueda allegarse el apoyo de la iglesia católica, tiene un plus a favor, pero además le pega en la línea de flotación de Morena, porque el segmento que atiende el llamado de la Iglesia se ubica mayoritariamente en el grupo de edad de entre 50 años en adelante, justo donde el gobierno federal reparte apoyos.

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