Interferencias económicas

Por Gilberto Miranda Chávez.

Analista

Cuando los gobiernos interfieren en la economía, la gente actúa de maneras que no son sostenibles, en sus roles de principales actores económicos, o sea de empresarios. Tal situación de interferencia del gobierno, en última instancia, conduce a los empresarios a tomar malas decisiones de negocios, propiciando engañosamente emprendimientos y, posteriormente, inevitablemente, a quiebras empresariales.

Por ejemplo, supongamos que un político que cree que tiene una gran idea para crear puestos de trabajo y detonar el desarrollo económico de una región, que tiene como objetivo aumentar la prosperidad generalizada de los habitantes, y todo con las mejores intenciones. Así que ese político convence a su gobierno para que apoye a las empresas, para que puedan construir fábricas para producir donas cubiertas de chocolate.

Pero resulta que el plan del político es defectuoso, porque él asume que habrá una gran demanda de donas cubiertas de chocolate, pero, en realidad, ya había una gran demanda de donas cubiertas de chocolate, e incluso hay una gran demanda de otros productos mucho más necesarios y urgentes que los consumidores están dispuestos a adquirir.

Si ya existiera una gran demanda de donas cubiertas de chocolate, entonces, la industria de las donas respondería naturalmente y construiría fábricas para producir, todo sin la ayuda del gobierno, sin necesitar incentivos para producir. ¿Pero, qué sucede cuando no hay una demanda real por parte de los clientes de donas cubiertas de chocolate?

Los recursos proporcionados por el gobierno, ya sea en forma de apoyo directo como subsidios, o apoyo indirecto como préstamos, distorsionan la economía al alentar a la gente a tomar malas decisiones, haciéndoles creer que gracias a los apoyos gubernamentales pueden ofrecer ciertos productos o servicios y que tendrán demanda, cuando en realidad, los consumidores no están dispuestos a adquirirlos.

En este caso, como las empresas ya no necesitan utilizar los recursos dados por el gobierno para hacer donas cubiertas de chocolate, a medida que cae la demanda, las empresas deben adaptarse reestructurando, o ajustando sus líneas de producción. Todas estas cosas, significan recursos inutilizables en el corto plazo, a medida que las empresas se ajustan a la realidad del mercado, de lo que los consumidores necesitan.

El desafío es asegurar que los productores, tengan el conocimiento y los incentivos, para producir los productos y servicios que la gente quiere. La interferencia del gobierno, a través de subsidios, oscurece ese conocimiento al distorsionar los fines empresariales, y hacer que los productores produzcan bienes que los consumidores realmente no quieren. Inevitablemente, los productores tienen que trabajar con sus herramientas y reajustar la producción, para satisfacer mejor las verdaderas demandas de los consumidores. Podemos concluir entonces que la interferencia del gobierno, incluso cuando se hace con las mejores intenciones, cambia el comportamiento de las personas al cambiar los incentivos y las señales en el mercado, estos cambios dan como resultado inversiones que no son sostenibles, y que, en última instancia, conducen a recesiones o caídas económicas y quiebras empresariales.

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