Fascinación por la inversión extranjera… ¿y la nacional?
Por Ramón Salcido Moreno.
Analista
Sumario: Es imperativo que los gobiernos brinden la seguridad necesaria para que la inversión nacional pueda florecer, es decir, no es solamente una cuestión de que se hagan estudios de mercado, se arriesguen capitales y se abran los negocios.
Existe una evidente fascinación por dar a conocer datos de inversión extranjera directa, la cual, por supuesto que es bienvenida, pero a veces se deja de lado lo importante que es aquella de índole nacional.
En las últimas décadas, la inversión extranjera suele ser vista como un factor crucial para el desarrollo económico de un país. Sin embargo, es fundamental reconocer y fomentar la inversión nacional como un pilar igualmente esencial para el crecimiento sostenible de la economía mexicana.
La inversión nacional, proveniente de empresarios y empresas locales, desempeña un papel fundamental en la generación de riqueza, la creación de empleo y el fortalecimiento del tejido económico interno.
Y regularmente, no está sujeta a condicionamientos extraños de otros países.
Una de las principales ventajas de la inversión nacional es su capacidad para generar empleo de manera significativa, pero también de brindar estabilidad a la fuerza laboral.
Cuando los empresarios nacionales invierten en sus propios proyectos y empresas, están contribuyendo directamente a la creación de puestos de trabajo para la población local.
Este aumento en la oferta de empleo no solo reduce la tasa de desempleo, sino que también impulsa el consumo interno al aumentar el poder adquisitivo de la población.
Este punto del consumo interno es clave para la economía mexicana, toda vez que más del 70 por ciento de la riqueza generada a través del Producto Interno Bruto, se debe precisamente a éste.
Por otra parte, la inversión nacional tiende a estar más arraigada en la economía local, lo que significa que los beneficios económicos se distribuyen de manera más equitativa entre las comunidades.
Por si fuera poco, otro aspecto crucial de la inversión nacional es su impacto en el ámbito impositivo. Las empresas nacionales están sujetas a las leyes fiscales del país, lo que implica que contribuyen directamente al presupuesto del gobierno a través de impuestos sobre la renta, impuestos al valor agregado y otros gravámenes.
Estos ingresos fiscales son esenciales para financiar programas de desarrollo social, infraestructura y servicios públicos que benefician a toda la población.
Además, al promover un entorno empresarial saludable a nivel local, se incentiva la innovación, la competencia y la mejora continua de los productos y servicios ofrecidos, lo que a su vez impulsa el desarrollo económico y social del país.
El hecho de que los gobiernos fomenten la inversión nacional también fortalece la resiliencia económica y la soberanía de México. Dependiendo en exceso de la inversión extranjera puede hacer que la economía sea vulnerable a fluctuaciones en los mercados internacionales o a decisiones políticas y económicas de otros países.
En cambio, una base sólida de inversión nacional brinda estabilidad y control sobre los recursos y las decisiones económicas del país, permitiendo una mayor autonomía en la toma de decisiones y una mayor capacidad para enfrentar desafíos económicos y externos.
Para la economía mexicana es imperativo promover un ambiente propicio para que la inversión local maximice los beneficios para toda la sociedad.
Es imperativo que los gobiernos brinden la seguridad necesaria para que la inversión nacional pueda florecer, es decir, no es solamente una cuestión de que se hagan estudios de mercado, se arriesguen capitales y se abran los negocios.
Se necesita obligadamente que se haga en un ambiente de seguridad para que los negocios puedan florecer, de eso no hay duda.