Carta a un Amigo

Por Oscar J. Amaya Ibarra.

Analista

Estimado Amigo:

Respeto y entiendo, muy bien tu posición respecto de la situación política que vive nuestro País. Sé que estás convencido, que este gobierno está siguiendo los pasos de lo que fueron sus promesas de campaña, ¿sabes qué?: aunque no estoy de acuerdo contigo, tampoco soy un radical ni mucho menos, es solo que tenemos distintas maneras de pensar. ¿Te acuerdas cuando nos enfrascábamos en aquellas largas discusiones, porque tú eras fiel seguidor de Andrés Manuel y, por qué, estabas plenamente convencido que él era la mejor opción? También debes tener muy presente, que mi posición no era en contra de AMLO y, aun cuando no comulgaba con sus ideas, tampoco mi posición estaba con algún otro candidato, pues estaba convencido de que los partidos que nos habían gobernado hasta entonces, habían generado en nosotros los mexicanos, un hartazgo que ameritaba cambios.

En el tiempo al que me refiero, nos encontrábamos gobernados por uno de los regímenes más corruptos, que se hayan registrado en la historia reciente de México, a ese régimen antecedieron dos gobiernos panistas, cuyo papel fue más que mediocre y donde el inmediato anterior, había desatado una guerra que todavía seguía haciendo estragos. Eran las vísperas de que se iniciaran las campañas políticas, para relevar a ese gobierno nefasto y corrupto. ¿Recuerdas cuando te decía?: puedes votar por el candidato que a ti te venga en gana, estamos en una democracia y cuando el piso es parejo, va a ganar el hombre o la mujer que la gente quiera que gane. Pero también debes recordar que siempre te comentaba que, una democracia sin contrapesos nunca dará buenos resultados, por el contrario, a la larga nos puede traer graves problemas.

Nunca quisiste aceptar, que podíamos llevar a la presidencia al hombre de tu preferencia, ese que para ti cumplía con todas las expectativas de los mexicanos que estábamos hartos de la corrupción y de la inseguridad, sin que ello implicara darle carro completo en el Congreso, pues estabas convencido que ese gobierno no funcionaría, sin el respaldo de las dos cámaras de legisladores. Por mi parte, siempre intenté que comprendieras mi posición, en el sentido de que en el Congreso debería de haber pluralidad, de tal manera que el poder no estuviese suscrito en un solo hombre. El soporte de mi tesis, era que un presidente siempre está rodeado de gente buena y gente no tan buena y que, seguramente, entre esa gente, habría un grupúsculo de incondicionales y lambiscones que estarían felices de agradar a su jefe.

Estimado amigo:

No estoy en contra de Andrés Manuel y su gobierno, estoy a favor de México y sé, porque te conozco, que lo tienes bien claro. Al igual que millones de mexicanos, que diariamente se manifiestan en las redes sociales, estoy en contra de las acciones que este gobierno, al amparo de un congreso que solo obedece ordenes, que no analiza, que no ve más allá de las ocurrencias que su presidente y colaboradores cercanos desean que les cumplan, que han cambiado leyes, solo para satisfacer las ordenes de arriba.

Un Congreso que ha sido parte de las herramientas que han llevado al gobierno a corromper la economía, tomando decisiones erráticas que, ya desde el año 2019, veníamos con un crecimiento económico tan mediocre, que del 2 y 2.5% que tuvimos en años anteriores, llegamos al cero crecimiento. De hecho, iniciamos 2020 con un crecimiento negativo y, claro está que, con la pandemia, la situación se salió de control y le cayó como anillo al dedo al presidente, porque todos los males se los está cargando al problema de salud que vive el mundo entero.

A más de dos años de distancia y ante los acontecimientos que han ocurrido con la administración del  actual régimen, te vuelvo a recordar: darle a Morena todo el carro completo en la Cámara de Diputados y la mayoría simple en la Cámara de Senadores, no fue la mejor decisión, hoy, aunque no lo reconozcas,  porque  aceptas a “pies juntillas” lo que el presidente te dice todas las mañanas; La verdad, es que han ocurrido cambios tan negativos para el País y, te voy a enumerar unos cuantos, como ejemplo: Cancelar el aeropuerto de Texcoco, pretextando corrupción, pero que nunca nos dieron una sola prueba que la confirme; cancelar los fideicomisos, sin darnos una razón contundente y real de lo que estaba pasando y en cambio, si vimos la necesidad de uno de ellos, (Fonden), en los recientes acontecimientos de Tabasco por el exceso de agua; cerrar los ductos y dejar un tiempo sin combustible al centro del País, pero no darnos a conocer, ninguna acción punitiva en contra de los llamados huachicoleros; Haberse gastado desde 2019, la mitad del fondo para contingencias, que fue herencia de los tres gobiernos anteriores, etc.

Lo anterior, más una serie de decisiones políticas, que más bien parecen un cobro de facturas por los agravios del pasado, son parte de los problemas que hoy aquejan a nuestro País, de manera particular, pues no puedo soslayar que la pandemia, al igual que a todo el mundo, daño tanto nuestra economía, que sus efectos, todavía se verán en los próximos años.  “Sin libertad, la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera” Octavio Paz.

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