27 de febrero de 2018
En el cuarto de guerra de Andrés Manuel López Obrador, todos sonrientes y seguros de estar en el primer lugar de todas las encuestas, según lo aseguran lograrán la victoria, no está por demás reseñar los movimientos estratégicos que el ilustre candidato ha sorteado. En su tercer intento, López Obrador concurre arropado por un partido político (Morena), planeado y diseñado por él y para él, en su aspecto organizativo a imagen y similitud de la poderosa estructura electoral del PRI, creando comités vecinales en cada una de las secciones electorales del país; paralelamente mediante la firma del “Acuerdo Político para la Prosperidad y Renacimiento de México”, va sumando en todo el país exmilitantes de PAN, PRI, PRD, PVEM, PNA, PMC y en general todos aquellos políticos locales ex-socios de la “mafia del poder” no importando sus antecedentes.
El máximo logro de AMLO, es amalgamar estrategias en base a la experiencia ya muy probadas en otros países y diseñadas por personajes malévolos de la historia, como el acopiar las tácticas de Joseph Goebbels y renovadas por Marçal Moliné, donde nace el “principio de simplificación y del enemigo único, el adoptar una única idea, un único símbolo e individualizar al adversario en un único enemigo”, la codificación que hace de sus contrincantes, detractores, y todo aquel individuo o agrupación que no es afín a él, simplemente lo enclaustra en la muy reiterada frase “la mafia del poder” que lo dice y repite hasta el cansancio, en todos sus discursos pronunciados en eventos públicos o privados, en entrevistas concedidas a todos los medios, sus mensajes en televisión, en radio y en las redes sociales primordialmente en los videos que comparte en Youtube.
El Tabasqueño es merecedor del respaldo concertado desde 2012 por el Foro de São Paulo (https://www.youtube.com/watch?v=RGZJGWJwXI8), que está integrado por todos los partidos políticos de izquierda de Brasil, Argentina, Nicaragua, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Martinica, Honduras, Haití, Guatemala, El Salvador, Ecuador, Curazao, Cuba, Costa Rica, Colombia, Chile, Bolivia, Barbados, Aruba y por supuesto México representado por el Partido del Trabajo, y que por así convenir a sus intereses Morena no es miembro del foro.
Sería incauto pensar que AMLO implementara sus propias políticas públicas y no las prescritas por el Foro de Sao Pablo y la nueva izquierda mundial; como también resultaría ingenuo creer que AMLO de ganar la presidencia de México se ajustaría a los seis años que dura el cargo. El perfeccionamiento de su estrategia, desde el cambio de look, su conversión religiosa de ateo a ferviente creyente y de rijoso contendiente a cándido personaje; de misterioso protagonista a cantante y hombre amoroso, entre otros ajustes que reflejan su pragmatismo y hambre de poder desmedía. Andrés Manuel López Obrador ni es el mesías, ni la panacea de todos los problemas de México, simplemente es el antifaz del Foro de Sao Pablo.
Lic. Jesús Limón Alonso.
Director General de Nexo Informativo
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