21 de Octubre de 2019

Canadá. – Ian Bremmer recuerda la vez que conoció a Justin Trudeau, en la reunión anual de elites en el centro vacacional suizo para esquiar de Davos.

Bremmer, un prominente experto en política exterior, dijo que la fiesta de Canadá en el foro económico mundial es generalmente “la cosa más aletargada que uno puede hacer”. Regularmente efectuada en un hotel de segunda categoría, y cuando uno acude es porque de ahí uno irá a otro sitio. Pero a inicios de 2016, el nuevo líder canadiense, alto y esbelto, hijo del icono liberal y ya fallecido primer ministro Pierre Trudeau, llegó.

“Fue una locura. Todos querían estar ahí. Él era toda una estrella en el escenario mundial ese año. La idea de que un primer ministro canadiense pudiera tenar ese tipo de impacto y poder de una estrella fue delirante”, dijo Bremmer, presidente de la firma de consultoría Eurasia Group. “Él es considerado uno de los buenos, uno de los globalistas. Pero seamos honestos, su estrella ha mermado”.

Las encuestas muestran que Trudeau podría perder ante su rival del Partido Conservador en las elecciones generales del lunes o fracasar en su intento por obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento y verse obligado a apoyarse en un partido de la oposición para mantenerse en el poder. No ha sucedido desde 1935 que un primer ministro canadiense en su primer periodo en el cargo con una mayoría parlamentaria pierda su intento de reelección.

Una combinación de escándalos y altas expectativas ha dañado sus posibilidades

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