Como era de esperar, Xi Jinping, líder de China desde hace casi 10 años, obtuvo un tercer mandato como presidente del Partido Comunista Chino (PCCh) con motivo de su 20º Congreso, lo que le permitirá continuar su reinado sobre la China comunista. Siguiendo así los pasos de Mao Zedong.

Xi Jiping es el primer líder después de Mao Zedong que ha permanecido al frente del Partido Comunista Chino (PCCh), y, por lo tanto, al frente de toda China, durante más de dos mandatos. Es cierto que Mao duró 33 años como presidente del PCCh. El camino aún es largo…

En un discurso que fue todo un programa para el futuro, Xi Jinping, destacó su intención de “completar la reunificación de China”, en una clara referencia a Taiwán, la isla autónoma que las autoridades chinas consideran como una provincia separatista de la que tarde o temprano tomarán el control.

“No renunciaremos al uso de la fuerza y ​​tomaremos las medidas necesarias para detener todos los movimientos separatistas”, declaró el presidente chino. “La resolución del problema de Taiwán es un asunto del propio pueblo chino, que debe ser decidido por el pueblo chino”, agregó.

En este discurso, que duró una hora con cuarenta y cinco minutos, el presidente chino también abordó el tema de la religión. Enfatizó enérgicamente que China continuará sus esfuerzos para “sinizar la religión y llevar a cabo sistemáticamente el ajuste de la religión y la sociedad socialista”.

Para un comunista, esto significa un control absoluto de las creencias religiosas. El gobierno chino utiliza para este propósito organismos creados entre 1953 y 1957: asociaciones religiosas para los musulmanes, budistas, protestantes, taoístas y finalmente católicos, la famosa Asociación Patriótica Católica China, una verdadera Iglesia cismática.

Estas asociaciones sirven a la dictadura comunista. Por tanto, la APCC es, bajo un exterior religioso, una verdadera correa de transmisión de la ideología marxista, envuelta en nociones católicas.

El partido también se apoya en el desafortunado acuerdo sobre el nombramiento de obispos firmado entre China y el Vaticano en 2018 por dos años, y renovado en 2020. Este último debería renovarse una vez más por dos años en estos días, según los deseos de las autoridades del Vaticano, a pesar de que el arbitrario arresto del cardenal Joseph Zen y su juicio en curso en Hong Kong no son nada tranquilizadores.

El poder comunista no se limitará por ningún acuerdo para seguir sometiendo a los católicos chinos, porque para un comunista esto no es más que un asunto práctico: no se sienten comprometidos en lo más mínimo. Los eventos informados desde China solo han confirmado esto desde hace cuatro años.

Fuentes: InfoCatolica/MEP – FSSPX.Actualités

Imagen: Banque d’Images Alamy

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