El año que concluyó
Por Ethan Tejón Herrera.
Analista
El año que concluyó, fue un año de retos y de recuperación económica; fue el año en el que la pandemia retrocedió al menos gradualmente y la humanidad vislumbró uña pequeña esperanza, en el no tan prometedor futuro que nos depara en una sociedad poscovidiana.
Los problemas van y vienen; pero las secuelas de la pandemia durarán por varias generaciones que sin duda no evitarán en echar un vistazo a nuestro presente actual.
Todos en algún momento, conocimos de antemano la experiencia de un contagio en el hogar, en la escuela, en el trabajo o dentro de las relaciones interpersonales.
El año 2021 concluyó, pero el 2022 seguirá manteniéndonos aún a la distancia y al confinamiento del mundo externo. Tan lleno de peligros como siempre, pero en esta ocasión el asesino es silencioso y sagaz, oculto a la vista de todos, pero siempre al acecho.
Un año concluye para dar comienzo a otro nuevo. Todo se compone de ciclos y este año presente, puede ser una oportunidad para crear y transformar nuestras realidades.
2022 será un año de retos y de dificultades, pero también será una oportunidad para reestructurar nuestras sociedades y volver a poner el punto de mira en el sentido comunitario.
Sentido que se ha visto reducido de manera inexorable, ante los agigantados procesos tecnológicos e informativos que componen a nuestra sociedad moderna.
Tan cambiante, pero a la vez tan fría e individualista en ocasiones.
Espero que una vez terminada esta crisis sanitaria, podamos construir sociedades más justas y equilibradas con un mayor sentido de servicio y justicia comunitaria. Pero quizá eso sea soñar demasiado. Pero como todo, los sueños comienzan dando pasos pequeños.