Ciudad de México – Las cartas más fuertes del PAN pasan lista en la sede de su partido para dejar de manifiesto, sin vacilaciones y sin titubeos, que van por la candidatura presidencial de la Oposición agrupada en el Frente Amplio por México.
Desde temprana hora, en la fachada del blanquiazul cuelga una manta cuyo mensaje refleja el signo de los nuevos tiempos: “Bienvenidos. Somos Frente Amplio por México”.
Santiago Creel cumple su promesa y es el primero en apersonarse en la sede partidista, después de haber tocado base ante el Comité Organizador del Frente. Y de salida, se topa con la senadora Xóchitl Gálvez: un cálido abrazo sella el encuentro, sin que medie palabra alguna, ante el testimonio mudo de la esposa del primero, Paulina.
Presumiblemente, el diputado la tenía fácil hasta que se le apareció una Xóchitl que intempestivamente hizo a un lado su aspiración al Gobierno de la Ciudad de México para buscar llegar a Palacio Nacional.
Dos estilos diametralmente distintos: la corrección política, la decencia y las buenas maneras de Creel, frente al desparpajo, la espontaneidad y lo malhablada de Gálvez, quien irrumpe con su atuendo típico: un huipil rosa, collar y aretes artesanales.
Hay batucada y mucha bulla para Creel, que por segunda ocasión desfila por una suerte de interna en Acción Nacional y en el seno del Frente.
En 2006, con la bendición de Vicente Fox, luchó con denuedo pero Felipe Calderón le ganó de cabo a rabo, y el michoacano se hizo de la Presidencia de la República.
Trece años después, Fox está del lado de Xóchitl, hidalguense de origen otomí que se involucró en la política gracias los head hunters que buscaban cuadros calificados para el guanajuatense y que ahora, de buenas a primeras, aspira a la Presidencia de la República.
Acarreo
Dos autobuses se estacionaron frente a la sede del PAN con gente que venía de Coyoacán y de Iztapalapa. Decenas que llegaron del Estado de México, portaban vistosas camisas de la Red Vargas, llevadas por el ex alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas, amigo de Creel. La mayoría de simpatizantes los llevó el diputado local Luis Mendoza, uno de los del cártel inmobiliario.
Junto con los acarreados, una treinta de diputados federales aguarda con entusiasmo al presidente de la Cámara baja. Arriba, en la tarima, ya lo espera su amigo Marko Cortés, líder nacional del panismo, y la secretaria general, Cecilia Patrón.
“Hoy vengo a decir adiós a Andrés”, se planta el ex Secretario de Gobernación. “Aquí empieza su conteo de salida de un Gobierno que ha destrozado al país. Un Gobierno que ha sido peor que los cuatro jinetes del apocalipsis: muerte, guerra, hambre y epidemias”.
Creel pone por delante su talante “conciliador” para atemperar la polarización que se respira en el ambiente. “¡Cómo se atrevió este desgraciado Presidente a pensar que era dueño de México”, gruñe.
Y su amigo Marko lo elogia: “Eres un hombre de estatura, eres un hombre de Estado, eres un buen mexicano”.