En un partido de altísima intensidad, el Fulham logró una victoria importante por 2-1 ante los Wolverhampton Wanderers, en un encuentro lleno de emociones y oportunidades para ambos equipos.
El primer tiempo arrancó con una jugada temprana que sorprendió a los locales, cuando Ryan Sessegnon abrió el marcador para Fulham en el minuto 1 con un remate preciso desde el interior del área. A pesar de los esfuerzos de los Wolves por reaccionar, el Fulham mantuvo la presión y no permitió que los de casa se asentaran cómodamente en el juego.
Sin embargo, los Wolves no tardaron en responder. En el minuto 18, João Gomes logró empatar el partido con un excelente remate desde el centro del área, aprovechando una asistencia de Nélson Semedo. El empate era justo, ya que el partido se estaba equilibrando con los locales dominando en algunas fases, pero los visitantes no bajaron los brazos.
Ya en la segunda mitad, el Fulham salió con más ganas de llevarse el partido y fue en el minuto 47 cuando Rodrigo Muniz, con un potente disparo desde fuera del área, colocó el 2-1 definitivo para los visitantes. A pesar de los esfuerzos finales de los Wolves, que estuvieron muy cerca de igualar en varias ocasiones, el Fulham logró mantener su ventaja.
El partido tuvo una notable carga de emociones en los últimos minutos, con varios intentos de los Wolves, pero los disparos de Matheus Cunha y Raúl Jiménez no lograron concretarse. En el tiempo añadido, las jugadas a balón parado generaron cierto peligro, pero el Fulham logró resistir bien defensivamente y se llevó una victoria crucial.
El Wolverhampton Wanderers luchó hasta el final, pero los errores en el primer tiempo y la falta de precisión en los remates fueron costosos. Por su parte, el Fulham mostró gran solidez en defensa y efectividad al contragolpe, llevándose los tres puntos en un escenario complicado como el Molineux.
Con esta victoria, el Fulham sigue consolidando su presencia en la parte alta de la tabla, mientras que los Wolves lamentan una oportunidad perdida en casa.