Ciudad de México – Karen, una vendedora de flores que trabaja en un andador de puestos al pie de la Carretera Federal México-Texcoco, muy cerca del distribuidor vial La Concordia, relató algunos detalles de la explosión de la pipa de gas LP.
Le tiemblan las manos al recordar lo que vivió el miércoles, y no puede precisar lo que sintió, pero lo resumen, en una palabra: “horrible”.
Tiene unos 35 años y vive en la Colonia Xalpa, en la Alcaldía Iztapalapa.
Antes de que la pipa explotara, Karen dijo que sólo escuchó un sonido similar al de una tetera con agua hirviendo.
“Fue como un chiflido”, ejemplifica.
Después observó a Kenia, una de las víctimas, mientras corría hacia ella entre las llamaradas.
La joven, de unos 25 años, vive con Aarón, un hombre mayor que ella. Desde hace años, montaron un campamento en un prado aledaño al distribuidor.
Ahí descansaban cuando el fuego los sorprendió.
“Venía toda quemada y pedía que le echaran agua”, detalla Karen.
La comerciante no tiene claro de dónde sacó el agua, pero obedeció.
Supone que consiguió algunas cubetas de unos baños públicos que también hay entre los puestos.
Luego acompañó a Kenia hasta que llegaron los paramédicos, quienes la trasladaron a un hospital junto con Aarón.