Virtualidad educativa

Por Dr. José Eduardo Borunda Escobedo

El objeto de estudio de la educación virtual es reconocer que existen métodos propios para educar a la distancia, está presente en el proceso educativo, pero quizá no observamos el cómo se da ese fenómeno de enseñanza aprendizaje entre los alumnos y los docentes del aula interactiva, misma que casi siempre ha sido de manera presencial o en modalidad convencional.

Si destacamos los elementos anteriores, nos damos cuenta entonces que hay varios tipos de conocimientos que adquirimos y los mismos están sujetos a una forma en el cómo los adquirimos. El primer avance es que educar no es sólo transmitir conocimientos, sino adquirir otras herramientas que nos sirvan para la vida. Educar no es aprender de memoria una tabla periódica de química sino la aplicación de la tabla periódica a contextos sociales y de la vida que nos permitan utilizar esos conocimientos para mejorar las condiciones del ser humano y de la sociedad.

Es importante destacar que las acciones o actitudes de los alumnos y docentes marcan el paradigma educativo. Si sumamos esta parte al proceso educativo tenemos ya casi completo el círculo de las competencias que necesitamos en la formación para la vida de los estudiantes y futuros profesionistas. Es decir, la vocación de servicio, la atención al cliente, la disponibilidad para realizar tareas propias y hasta la habilidad o predisposición para el trabajo grupal son esenciales en toda empresa e incluso en la casa propia. El respeto es esencial en casa, quien no respete a sus padres difícilmente respetará a los otros fuera de casa.

El último elemento del círculo de las competencias son los valores. La honestidad es el ejemplo clásico con el que podemos empezar a trabajar en casa y en las aulas virtuales. Existen valores que quizá no se puedan medir, pero sí observar. Armar un rompecabezas como parte de las actividades escolares motiva la perseverancia, la atención en una actividad, la búsqueda de alternativas o solución a un problema que se presenta. En fin, podemos resumir que el proceso de enseñanza – aprendizaje por competencias tiene cuatro elementos esenciales: Conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

La pregunta que ahora hacemos es ¿Cómo desde el hogar bajo un modelo de educación virtual, no presencial y con supervisión de los padres de familia podemos fomentar un modelo educativo por competencias? Las respuestas son muchas, pero dependerá de los padres y familia de los estudiantes el cómo lograr cumplir las expectativas para un futuro o para el después de la pandemia. También, debemos reconocer que después de la pandemia se necesitarán especificaciones muy concretas en la sociedad, en el mundo laboral, educativo, económico, cultural y hasta religioso. Me refiero que cambiaran los conocimientos (se van a generar nuevos conocimientos y desechar otros que creíamos como verdaderos), se van a requerir habilidades, actitudes y valores en las personas que antes no se tomaban en cuenta.

Pues para esas nuevas necesidades humanas hay que adecuar a nuestros estudiantes y a la sociedad en su conjunto. Después de la pandemia nada volverá a ser igual. No podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera y es ahí la mejor oportunidad para educar a la nueva generación, a la que está naciendo con esta pandemia. Un ejemplo de estos cambios fue la incursión del internet en nuestras vidas, sin esa herramienta hoy estaríamos muy lejos de alcanzar metas y objetivos de los nuevos modelos educativos que se gestan en el mundo. La moraleja es que tenemos que cambiar en la forma en cómo educamos en la virtualidad.

La educación virtual parecía un mito en la década de 1990, hace treinta años empezó la odisea. Quienes se prepararon de manera inconsciente para estas modalidades no convencionales de educación dieron un paso de gigantes. Se adelantaron 30 años. Bien por ellos. La otra pregunta es ¿qué pasa con los que no se prepararon para estas contingencias? Simplemente hoy viven bajo la desesperanza. La moraleja es tomar en sus manos la oportunidad de hacer la diferencia y adecuarse con innovación a los nuevos tiempos. Depende de ustedes si logramos esos cambios en nuestras casas. No esperen que un alumno haga la gran diferencia en todos los hogares, es casi imposible que suceda, sin embargo, la labor es compartida. Me refiero a que los grandes temas de la educación son la labor colaborativa entre estudiantes, profesores, padres de familia. Se necesitan y nos necesitamos, estamos interconectados en una crisis y se necesita tener grandes ideas y un gran liderazgo para hacerlo posible. En 1995, pensar que hubiese una computadora en cada hogar era algo casi imposible de pensar. Hoy es casi una realidad ya que casi todos tenemos un celular que cumple con esas funciones esenciales. Entonces, si nos proponemos, podemos sacar adelante un proceso de formación de estudiantes con habilidades mediáticas, con conocimientos actualizados, con valores como la honestidad y actitudes como la solidaridad humana lo podemos hacer. Bienvenidos al nuevo ciclo escolar 2020, saquemos lo mejor.

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