Topolobampo y el sueño de Owen

Por: Oscar Javier Amaya Ibarra.

Analista

Hace más de 120 años llegó a tierras sinaloenses Albert K Owen, un joven Ingeniero civil experto en la construcción de ferrocarriles, profesión que había experimentado en su natal Estados Unidos de Norteamérica. Owen llega al Municipio de Ahome, con la encomienda de hacer los trazos para la construcción de una línea férrea que uniera los estados de Chihuahua y Sinaloa, en una de sus tantas concesiones que el gobierno federal hizo en aquellos años y, con la muy clara visión, de acortar la distancia comercial entre la parte este de nuestro vecino país del norte y, países del lejano oriente en el continente Asiático.

Cuando el Sr. Owen conoce Topolobampo y su bahía de Ohuira, quedó tan maravillado por la ubicación del puerto y la belleza de sus paisajes naturales, que se dice: “Owen pensó en que Topolobampo podría convertirse en uno de los puertos de altura más importantes del mundo.

Owen tenía el sueño de crear en la bahía de Ohuira (Municipio de Ahome, estado de Sinaloa), una de las mayores ciudades comerciales del mundo. El siglo XIX estaba tocando a su fin, y como hoy bien sabemos, Owen no logró su sueño. El escepticismo de sus inversores y el brote de paludismo que azotó al recién nacido puerto de Topolobampo, dieron al traste con el proyecto de Owen. Muchas décadas después, en noviembre de 1961, por fin se concluyó la construcción de la línea ferroviaria tramo estación Sánchez en Chihuahua con San Pedro en Sinaloa, con el cual se unía el estado de Chihuahua con el estado de Sinaloa. Ese tramo de vías férreas pasó a formar parte del Ferrocarril de Chihuahua al Pacifico, lográndose así la conexión desde Topolobampo hasta la frontera de Ojinaga. Sin embargo, a ciento y pico de años de la llegada de Owen: todavía a Topolobampo le falta mucho para convertirse en el puerto de altura que sirva de trampolín comercial entre Asia y el este de los Estados Unidos.

Aunque en los últimos 40 años, Topolobampo ha tenido algo de crecimiento: pues durante éste tiempo allí se instaló una planta de Pemex, se construyó un muelle y toda la infraestructura, incluyendo la ferroviaria, para recibir barcos de gran calado. Hoy en día, el puerto de Topolobampo mantiene un importante volumen de carga de exportación e importación, gracias al sector agrícola y otros ramos comerciales de la región, pero está muy lejos de la magnitud que tienen los puertos importantes de México. Las diferentes administraciones tanto federales como estatales que han pasado en varias décadas, se han visto bastante tibias en cuanto a inversiones para el puerto y, todo indica, que tampoco han gestionado o quizás, no ofrecen condiciones de seguridad jurídica, para inversionistas privados.

En cuanto a lo turístico, las inversiones en el puerto de Topolobampo, tanto privadas como del estado han sido nulas, a pesar de que existen playas con   inmensas dunas y aguas cristalinas, un santuario de delfines y lobos marinos, manglares, esteros, vegetación semidesértica, montañas, pesca, etc., elementos que son suficientes y que hacen viable la instalación de infraestructura turística.  En el gobierno de Vicente Fox mucho se habló de que le había llegado su tiempo para que el puerto incursionara en el turismo, sin embargo, como suele suceder, casi siempre, todo quedó en buenas intenciones. Lo mismo ha pasado cada vez que hay elecciones para autoridades locales, es recurrente, aunque nunca se cumplan, que los candidatos prometan, “si el voto los favorece”, llevar a cabo obras que apoyen al puerto y que turísticamente unan dos puntos muy importantes por sus interesantes parajes, la Bahía de Ohuira con las barrancas del cobre, a través del Ferrocarril Mexicano, en su tren turístico al que llaman “el Chepe”, que no el que fue el “CH-P Ferrocarril de Chihuahua al Pacifico”. Como lo comento en párrafos anteriores, el crecimiento de Topolobampo es evidente en las últimas cuatro décadas, no obstante, hoy por hoy, sigue siendo un puerto eminentemente pesquero; por cierto, allí se capturan las mejores especies de mársicos en todo el litoral del pacifico. Se come muy rico porque además de contar con la materia prima, su gente es experta y tiene una buena sazón en la preparación de la comida a base de cualquier marisco. Topolobampo es un puerto poco apreciado por políticos e inversionistas, pero muy apreciado por la gente del pueblo, como el que esto escribe, que tuve el privilegio de vivir por muchos años en aquellas tierras, de conocer sus bellezas naturales, de disfrutar a su gente y sus costumbres y de seguir conservando grandes amigos.

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