Nuestra ciudad sitiada a merced del narcoterrorismo

Por Ethan Tejón Herrera.

Analista

La violencia desatada en nuestra ciudad, dejó un saldo de once víctimas fatales y secuelas psicológicas, económicas y sociales entre la población juarense, tras los hechos delictivos cometidos la semana pasada.

Debo decir que los hechos registrados son inéditos en nuestra frontera. La manera en la que civiles fueron baleados y tiroteados por una aparente venganza por parte de grupos delictivos, es cobardía en su máxima expresión.

Ni siquiera, los registros de ataques violentos cometidos en nuestra comunidad fronteriza hablaban de algo así… Una verdadera masacre de civiles inocentes sin cargo de conciencia.

Todos conocemos de antemano, los casos de las víctimas fallecidas en tales sucesos, sin embargo las imágenes de la muerte de empleados de una emisora de radio y la ráfaga de balas dirigida a comensales de una pizzería local circularon en redes sociales y a través de distintos medios entre ellos el diario español El País.

Los sucesos registrados en la zona de Pradera Dorada, son lamentables al igual que los casos de extrema violencia y crueldad cometidos por parte del crimen organizado en contra de ciudadanos sin ninguna cuenta pendiente con el crimen.

¿Cómo puede ser posible que los hechos acontecidos en Ciudad Juárez y en diversos estados de la República sean minimizados y tergiversados por parte de la clase política?

No es una “exageración” por parte de los “adversarios” de la retórica del gobierno en turno, son los reclamos de los ciudadanos por tener que sufrir en carne propia las secuelas de la violencia.

Diversos analistas han calificado como “terroristas”, las diversas actividades criminales desatadas por miembros del CJNG y del CDS a través de sus diversas células.

En nuestro estado, fue donde el crimen intentó imponer el terror y su voluntad…No lo logró, la ciudadanía se levantó y continuó con sus vidas, a pesar de que a duras penas lo consiguieran.

El temor aún perduraba en las calles días después, sin embargo la vida continúa poco a poco a la normalidad en esta frontera.

Esperemos no vuelva a suceder, pero eso sería negar la realidad de que el crimen se ha logrado imponer ante el Estado de Derecho y ante nuestra vida pública y social.

Trasmitieron un mensaje, y su mensaje fue el miedo. La ciudadanía resistió pero vive aún con temor.

La Federación, no plantea cambiar la estrategia de seguridad pública y se habla de una guerra intestina entre dos de los cárteles más grandes del país… Lucha en la cual, la ciudadanía saldrá mal librada.

Lucha en la cual, la ciudadanía paga las facturas que no le corresponden.

Lucha en la cual, el Estado tiene miedo o a causa de la omisión, prefiere hacer oídos sordos ante el horror.

¿Las acciones delictivas de la semana pasada son actos terroristas? Sin duda, se utilizó violencia, armas de alto calibre, caos y terror para transmitirle un mensaje a los tres niveles de gobierno: El narco manda aquí. ¿Hasta cuándo seguiremos a su merced?

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