No más obras ni instituciones
Por Gilberto Miranda Chávez.
Analista
Existen dos situaciones fundamentales que se deben cumplir para que un gobierno sea considerado un buen gobierno, de acuerdo con quienes creen en la política. Primero, el gobierno debe proteger a los ciudadanos de los agresores, esto requiere que el gobierno utilice el monopolio de la violencia en contra de quienes agreden y violentan a los ciudadanos, lo que implica la vigilancia por parte de un sistema judicial que funcione correctamente.
Segundo, el gobierno debe construir y mantener ciertas obras e instituciones públicas, los ejemplos más citados incluyen las carreteras y la infraestructura, así como la educación básica. Hoy en día, los defensores de un gobierno cada vez más grande, gastador y autoritario, suelen utilizar esta idea para reclamar el apoyo de la sociedad, promoviendo un bien común.
Pero, de entrada, para que el gobierno pueda realizar obras públicas y mantener instituciones, debe probar que la empresa privada no puede proporcionar las obras públicas, o tales instituciones, y que la acción del gobierno beneficiaría a toda la sociedad, y no simplemente a un grupo, a expensas de otro. Estas condiciones dan como resultado un conjunto bastante reducido de obras e instituciones públicas, que el gobierno debe realizar. No más.
En este momento, sin embargo, los diferentes niveles de gobierno han sido sobrepasados en materia de seguridad, no logrando proteger a los ciudadanos de las agresiones de otros ciudadanos, ni siquiera de las mismas instituciones de gobierno. Pues, lo que es peor, es que existen agresiones institucionalizadas, que no son juzgadas, porque son las mismas instituciones políticas quienes las cometen.
También, en cuestiones de obras públicas o instituciones que los privados no pueden ofrecer, el gobierno no hace más que despilfarrar los recursos que los privados podrían utilizar en inversión y que desembocaría en crecimiento económico, a cambio de las obras públicas hechas por los gobiernos que nadie haría, pues no es que los privados no las puedan hacer, sino que no las quieren hacer por qué son un sinsentido, y que ni siquiera los ciudadanos las consideran como necesarias o urgentes. El Estado de Chihuahua está por comenzar un nuevo gobierno, esperemos.