El Juglar de la Red

Las elecciones son una guerra

Por Rafael Cano Franco.

Los grandes estrategas electores, concluyen que las elecciones son muy similares a un enfrentamiento bélico y, por tanto, es menester considerar, no lo que puede hacer ganar, sino aquellos detalles que pueden hacer perder a un candidato.

Una campaña electoral no se gana por tener más recursos económicos, sino por la inteligencia con la cual se usan, igual que no siempre gana el ejército que más soldados planta en el frente de batalla, como bien lo demostró Alejandro Magno.

En un enfrentamiento bélico se pueden perder batallas, pero lo importante es no perder la guerra; en la Segunda Guerra Mundial, el bando de los aliados perdió varias batallas en distintos frentes, pero a la hora buena se alzaron con la victoria.

Los cuatro factores que los analistas consideran como factores de derrota son: errores humanos, pelear contra tecnología más avanzada, la capacidad logística y la más determinante es no pensar en el desastre.

El error humano en una campaña bélica al igual que en una campaña electoral, no siempre sigue un mismo patrón; la falla en el cálculo, las decisiones de soberbia, la altanería de los generales, la arrogancia y la falta de entrenamiento son factores presentes.

En no pocas ocasiones, el error no es de quienes mandan en el campo de batalla, sino de los servicios de inteligencia, eso quedó claro en Pearl Harbor en diciembre de 1941. En una campaña política no puede darse la mala interpretación de la información que se obtiene.

En México, los estrategas electorales tuvieron información referente al hartazgo de la población previo a la elección del 2018 y pese a ello las campañas se basaron en los métodos tradicionales y en el gasto excesivo. La derrota fue aplastante.

Otro elemento es la tecnología avanzada; muchos desastres militares con frecuencia suceden en un marco coyuntural histórico, en el cual aparecen nuevas tecnologías y quien las posee termina masacrando al rival.

En las elecciones sucede lo mismo; el marco actual es un ejemplo claro. Las elecciones del 2021, derivado de las condiciones que deja la pandemia de Covid-19, tienen que saber utilizar la tecnología de las redes sociales, las plataformas digitales, segmentar audiencias, mandar mensajes claros y acordes a las necesidades de la audiencia receptora; no se puede trabajar una campaña electoral en la actualidad bajo los métodos ortodoxos del pasado.

Incluso se deben aprovechar las “lagunas” legales, conocer la legislación electoral y con todo ello armar una estrategia que facilite la penetración y la contención.

El clima es un tercer factor determinante, así lo comprobó Napoleón y Adolfo Hitler en las fallidas invasiones a Rusia, sus ejércitos fueron diezmados no por confrontarse contra sus rivales, sino por las inclemencias del clima invernal de Rusia.

En una campaña, también el clima es fundamental y si bien no se trata de que provee la naturaleza, si del entorno en el cual se desarrolla el proceso electoral: el clima emotivo, el clima social, la polución informativa, la contaminación visual y otros factores que es menester analizar y controlar para no caminar hacia el desastre.

La logística es uno de los factores que más inciden en las derrotas militares. La logística es fundamental en las campañas bélicas y también es determinante en los procesos electorales.

Mientras mejores sistemas de suministro de provisiones tengan un ejército, no solamente habilitado para el combate, también tiene la moral alta y está motivado a la pelea.

En un proceso electoral sucede exactamente igual, no se puede ir a una elección sin una logística ágil, con capacidad de responder a las necesidades inmediatas en los frentes de batalla electorales, se requiere suministro constante de avituallamientos, el dinero es un factor determinante y necesario para la ejecución de planes de acción.

Si no hay balas de nada sirve tener cañones; si la tropa no se alimenta, su moral es baja y tiende a desertar; si falla el aprovisionamiento en batalla se deja al ejército a merced del enemigo y seguro no tendrá piedad y los va a aniquilar.

Un último aspecto es la importancia de pensar en el desastre, por lo general nadie toma en cuenta que en una guerra mueren hombres, sufren heridas; es decir la guerra documenta las altas y bajas del comportamiento humano.

Igual sucede en una campaña electoral; no se trata de un desastre, sino de miles de desastres individuales, personas que se entregaron a una causa y un error humano, el clima, la mala logística o la carencia de tecnología esfumaron su esfuerzo y los llevaron a la derrota.

Nadie va a una guerra para perder y nadie quiere perder una elección. Por eso, ni la guerra ni las elecciones son un juego de mesa de mero contenido histórico. Al menos nadie quiere pasar a la historia, ni siquiera en un juego de mesa como el perdedor.

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