La tensión ruso-estadounidense
Por Ethan Tejón Herrera.
Analista
Al momento de escribir estas líneas, ya se abría concretado la llamada telefónica sostenida entre los líderes ruso y estadounidense; así como también se encontrarían al menos 70,000 hombres movilizados por el Kremlin en la vecina Ucrania.
La tensión entre ambas naciones, relativamente siempre ha sido fría y tensa, pero a finales de 2021 el hielo ha comenzado a cubrir terreno entre las relaciones diplomáticas de dos de los superpoderes del orbe.
La razón de fondo, es el intento ruso de anexionarse forzadamente en una región de Ucrania llamada Crimea; misma que se ha encontrado en medio de una sangrienta guerra civil al menos desde 2014.
Biden por un lado, representa al mundo libre y al hemisferio occidental; mientras su homólogo Putin representa al ala autoritaria de la región oriental del orbe.
Putin ha llevado al menos una veintena de años en el poder, reprimiendo movimientos civiles y cualquier resquicio de una lucha libre y democrática en su nación; encarcelando y asesinando a críticos, periodistas y opositores a su régimen.
Los analistas más serios, comentan que se espera una ofensiva militar a comienzos de 2022 por parte del régimen ruso, con miras a una nueva invasión a territorio ucraniano.
Por su parte, los Estados Unidos amenazaron con sanciones económicas, financieras y políticas que pondrían en riesgo los planes del Kremlin por expandir su influencia y poder.
No obstante, a su vez tales sanciones podrían afectar a los productos y servicios, así como a las cadenas de suministro; específicamente el paso del gas ruso hacia el mercado de la Unión Europea (UE), dejando secuelas en una comunidad con 27 países libres y soberanos.
Biden ha demostrado poseer un talante y un carácter fuerte, sin embargo, se encuentra en medio de otro reto más grande en su trayectoria política.
El fracaso de Afganistán, repercutió en su agenda y en su partido político; los electores estadounidenses no perdonarán que sus aliados ucranianos cedan ante la hegemonía rusa. Pareciera que volvimos a los tiempos de la Guerra Fría…