La pregunta es: ¿Recibieron dinero Público sí o no?

Por José Eduardo Limón Camacho.

Analista

No hace mucho que Maru Campos, estuvo presente en la caravana por la dignidad del pueblo de Chihuahua; se sumó, como muchos chihuahuenses, a la exigencia para que el gobierno de Peña le diera trámite al proceso de extradición de César Duarte; gritaba y vitoreaba: JUSTICIA PARA CHIHUAHUA.

Mientras caían los funcionarios priístas, para Maru Campos todo era parte de una lucha real y frontal contra el régimen duartista; las acciones de la fiscalía formaban parte de un precedente histórico en el combate a la corrupción política y la determinación del Gobernador, por cumplir con su principal promesa de campaña, era aplaudida y celebrada.

Pero todo cambio a medida que el nombre de María Eugenia Campos Galván, comenzó a relucir en los expedientes, el reclamo de justicia cambió y drásticamente se convirtió en: persecución política, violencia contra la mujer, en una estrategia electoral, venganza, etcétera; y aunque en sus inicios ella y su equipo confiaron en que la bandera blanquiazul los protegería y que simplemente sus nombres serían salteados, pronto descubrieron el por qué la Justicia es ciega.

Nunca imaginaron que el Gobernador Corral, llegaría tan lejos, confiaban en que todo era parte de una promesa de campaña; tenían puesta su apuesta en que mientras no atraparan a César Duarte, ellos estarían fuera de la mira de la fiscalía; tremenda sorpresa se han de haber llevado cuando se supo que lo habían detenido y que el proceso de extradición se estaba haciendo una realidad.

La estrategia de Maru y de su equipo durante su precampaña hacia el interior del PAN, ha dejado mucho que desear e incluso ha sido muy penosa; su discurso central se ha fundamentado en decir que ella no es corrupta, que todo es un invento y que las pruebas y los dichos que existen, son una maquinación para impedirle ser la primera mujer gobernadora del Estado grande.

Sin embargo, el escándalo es público y las afirmaciones que se han venido dando en los últimos meses, son de peso; no es lógico creerse la retórica de la alcaldesa con licencia y del secretario del Ayuntamiento, de que se está tramando un complot en su contra, no lo es, porque mientras no fueron ellos los señalados por la fiscalía, todo estaba en orden e incluso llegaron a alabar las acciones del Gobernador del Estado para judicializar el proceso contra Duarte y sus cómplices.

El exsecretario de Hacienda, durante la administración de Duarte, Jaime Herrera, fue enfático en la rueda de prensa que dio el pasado miércoles, señalando que él mismo en persona, por instrucción del exgobernador, entregó, en por lo menos 30 ocasiones, sobres con dinero a Maru y a Jáuregui y prueba de ello, aparte de su testimonio presencial, son los distintos recibos en que firmaron las escándalos entregas.

Su búsqueda por la gubernatura, esta opacada por la corrupción e independientemente del resultado de la elección en el interior del PAN, la acción de la Justicia no puede detenerse, el combate a la corrupción, no debe en ningún caso tener algún miramiento por ser compañeros de partido. Es ahí donde existe el mayor compromiso con la ciudadanía; por algo existe la máxima popular: ‘‘el buen juez por su casa empieza’’.

Los dimes y diretes, tienen que quedar fuera, sí realmente aspiramos a vivir dentro de una sociedad en la que el delito no quede impune y que se persiga con eficacia a los responsables de los hechos delictivos, es imperativo afrontar los efectos del combate serio y frontal a la corrupción política.

No podemos dejarnos engañar por el carisma, porque con esa misma sonrisa con la que se pretende conseguir el voto popular, es con la que se desvían recursos para llenar sus arcas personales, dinero que bien pudo emplearse en mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables nuestro Estado. No hay de otra, la pregunta debe de ser tajante y la respuesta concreta, decir que hay una persecución política y tejer una telaraña discursiva entorno a las severas acusaciones que se le hacen a Maru Campos y a César Jáuregui, de nada les sirven, talvez por ahora les ‘‘funcionen’’ por una cuestión mediática, pero la pregunta permanece: ¿Recibieron dinero sí o no?

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