La invasión

Por Ethan Tejón Herrera.

Analista

No me cabe duda alguna de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin se comporta como una especie de Hitler contemporáneo tras la invasión a Ucrania: su nación vecina.

La estrategia del líder ruso, de anexionarse forzadamente a una nación independiente que ya no forma parte de su territorio, como lo fue durante la extinta Unión Soviética, es un atropello contra las libertades del mundo moderno.

En pleno siglo XXI, han surgido nuevamente las guerras, las dictaduras, el populismo y el nacionalismo exacerbados que soterraron a generaciones anteriores, con el temor de dos grandes conflagraciones mundiales y ahora con la amenaza de una venidera.

El temor a que un conflicto regional en el continente europeo, se convierta en una disputa que trascienda de los límites territoriales entre Rusia y Ucrania ha preocupado a millones de personas.

Personalmente dudo que nos encontremos en el umbral de una Tercera Guerra Mundial, pero sin duda de que la intervención internacional, al menos no directamente en el campo de batalla si ha influido en la duración y en la capacidad de combate de ambos frentes.

El apoyo internacional encausado en su mayoría al bando ucraniano, ha obligado al Kremlin a evaluar severamente el costo de esta guerra.

Los ojos del mundo están puestos sobre Europa Oriental, mientras que la popularidad del presidente Putin y de su gabinete decae, así como la de su régimen personalista.

Esto no se traduce en un final de la era Putin, pero sin duda de que traerá problemas futuros a la estabilidad del régimen autocrático que ha permanecido en el poder durante 22 años en una Rusia con severas complicaciones políticas y económicas.

Ucrania lucha para defender la democracia que tanta sangre le costó establecer, mientras la agresión de su país vecino continúa cegando vidas y arrasando con todo a su paso.

La valentía de los ucranianos por enlistarse y decidirse a combatir al “enemigo” ruso es de admirarse.

No obstante, la tragedia de la guerra oculta a la vista los rostros de los refugiados, los huérfanos, las mujeres, los niños y los ancianos que buscan huir de un país bajo fuego.

Las acciones de Putin cambiaron el tablero del juego geopolítico mundial y no serán “olvidadas” y “perdonadas” por el pueblo ucraniano, tal y como lo afirmó el presidente ucraniano Zelenski. Al momento de escribir estas líneas, encontré una cita que me gustaría reproducir y se le atribuye a Bertrand Russell: “La guerra no determina quién tiene la razón, solo quién queda”.

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