La farsa de la revocación de mandato
Por Ethan Tejón Herrera.
Analista
La consulta popular del próximo 10 de abril, y cuyo fin es revocar o ratificar al Presidente de la República es un insulto para la inteligencia de millones de mexicanos.
En primer lugar, ¿por qué el titular del Ejecutivo haría un ejercicio así para ponerse la soga al cuello?
En segundo lugar, a pesar de que vote al menos el 40% de la población, el Presidente gane o pierda, no se irá ya que no está estipulado en la Constitución que dimita por voluntad popular.
En pocas palabras, es un engaño y un esfuerzo de medición de fuerzas populares, como si se tratara de una magna encuesta pagada con dinero del erario público.
El participar o no, es la cuestión.
Pero muchos analistas, afirman no “hacer el caldo gordo” a un experimento del más férreo populismo que se haya visto en nuestro país al menos desde los años setenta y ochenta del siglo pasado.
El votar no haría nada más que ayudar a ratificar o desaprobar la gestión del Presidente, como si se tratara de una farsa que convirtió al INE en una casa encuestadora.
Una vil estratagema para confundir a los electores mexicanos e intentar salvar a un proyecto que colapsa y agoniza lentamente de camino a 2024.