La Auditoria Superior de la Federación
Por: Oscar J. Amaya Ibarra
Analista
“La Auditoría Superior de la Federación (ASF) es un órgano técnico especializado que depende de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión, que se encarga de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión, los órganos constitucionales autónomos, las entidades federativas y los municipios”. En el caso de los estados y municipios su intervención se suscribe únicamente a aquellos recursos que sean de origen federal. Las funciones de la Auditoria Superior de la Federación se engloban en cuatro tipos de auditorías.
Auditoria Especial de Cumplimiento Financiero: Es la que se encarga de verificar el cumplimiento de los recursos federales asignados.
Auditoría Especial de Desempeño: Verifica que los recursos federales asignados, efectivamente se hayan aplicado para lo que fueron destinados.
Auditoria Especial del Gasto Federalizado, también conocida como Auditoría Forense: Esta auditoría está destinada a detectar y prevenir delitos como fraudes, corrupción, lavado de dinero Etc.
Auditoría Especial de seguimiento, Informes e Investigación: Esta auditoría como su nombre lo dice, es la que se encarga de darle seguimiento a las otras tres.
En los días recientes hemos conocido de los resultados de la Auditoría Superior de la Federación, por la revisión a la cuenta pública del año 2019. En dichos resultados destaca una observación que hacen a lo gastado en el malogrado aeropuerto de Texcoco. En el informe que la ASF entregó al Grupo Aeroportuario y que se dio a conocer el lunes pasado, destaca que el gasto por cancelar el NAIM asciende a 331 mil millones de pesos y no 100 mil, como lo había informado Andrés Manuel López Obrador. Obviamente lo anterior tuvo una inmediata reacción por parte del gobierno federal, pues según ellos, el informe presenta serios errores por lo cual desconocen que el gasto se haya inflado a la cantidad que informa la ASF.
De manera insólita, inmediatamente después de que el gobierno federal salió a desmentir y descalificar su trabajo, la Auditoría Superior de la Federación, reconoció que en su informe existen inconsistencias en la cuantificación y una deficiencia metodológica en la revisión realizada, por lo cual su contenido será objeto de una revisión exhaustiva. Los mexicanos de “buena voluntad”, es decir, los que estamos más allá de partidos, idolatrías y fanatismos, debemos preocuparnos por lo que está pasando. Al respecto voy a intentar explicar a qué me refiero.
En primer lugar, no es común que un organismo como la ASF reconozca que su trabajo tiene inconsistencias, toda vez que su estructura está dotada de personal especializado y de que antes de soltar cualquier información, debe ser revisada exhaustivamente, con el profesionalismo y la ética que contemplan sus políticas y procedimientos. En segundo lugar, los informes de la ASF, antes de darse a conocer públicamente, se entrega una copia a la entidad auditada para que ésta, haga las aclaraciones correspondientes y en todo caso se hagan las correcciones necesarias y, los resultados definitivos del informe, contemplen efectivamente los hallazgos encontrados en la revisión. Es obvio que el Grupo Aeroportuario conoció de dichos resultados mucho tiempo antes y que esa información también la conoció la Secretaria de Hacienda. En tercer lugar, tratándose de una auditoría a una obra que tenía mil sospechas de corrupción: ¿Por qué razón la auditoría que se hizo es la de desempeño y, en la que, sus resultados solamente son informativos? ¿Por qué no se hizo la auditoría forense, que, en todo caso, es la que con sus resultados pudieron haber aplicado las sanciones correspondientes? ¿Solo intentaban golpear mediáticamente a alguien de la 4T o proteger a alguien del pasado? No podemos olvidar que la ASF, aunque se dice organismo autónomo, en la práctica tiene un jefe que se llama Cámara de Diputados y que ésta tiene mayoría de Morena, donde el que manda es, ¡ya saben quién!