Juárez y la Agenda Educativa 2030

Mtro. Gabriel Dueñas.

Analista

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, fue aprobada en septiembre del 2015 por la Organización de las Naciones Unidas, impulsada para fortalecer la paz universal, el acceso a la justicia y la erradicación de la pobreza. En el objetivo 4, de los 17 que asume, se establece la intencionalidad de “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

En mayo del 2015, en el Foro Mundial sobre la Educación se aprueba la Declaración de Incheon (Korea), que define el Marco de Acción Educación 2030.

Avalada por 184 Estados Miembros de la UNESCO, esta declaración y su Marco de Acción, establecen objetivos y compromisos globales, para lograr en 15 años una educación para transformar vidas. Nuevamente, como se proclamara en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos y Marco de Acción para Satisfacer las Necesidades Básicas de Aprendizaje en Jomtien, Tailandia, (1990) y en el Foro Mundial sobre la Educación en Dakar, Senegal. (2000), la apuesta sigue siendo la de garantizar a las niñas, niños y jóvenes su derecho a una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos.

Existe pues, una seria preocupación a nivel mundial, desde la UNESCO, por atender y resolver los grandes problemas causales de la crisis de los sistemas educativos. Sin embargo, y a pesar de reconocer esfuerzos y avances, la crisis educacional pareciera no tener solución. Políticas educativas coyunturales (sexenales en México), reformas educativas inconclusas, exclusión, inequidad, calidad educativa deficiente, deserción, graves carencias en infraestructura, insuficiente presupuesto y un sistema de formación y actualización docente inconsistente sin impacto en las practicas pedagógicas de los profesores, son algunos de los detonantes que provocan el estado crítico que guarda la educación.

El Banco Mundial da cuenta de esta crisis, en su Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender para hacer realidad la promesa de la educación, cuando afirma que: Incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas. La crisis del aprendizaje está ampliando las brechas sociales en lugar de cerrarlas.

 La tesis del Banco Mundial de que los estudiantes solo son escolarizados, evidencia una crisis del aprendizaje, es decir, estamos produciendo en las escuelas analfabetas funcionales. Así en México, según el INEGI, en el 2011 había 33 millones de habitantes con este problema.

Desde Jomtien (1990) hasta nuestros días, son 28 años de crisis educativas que cuestionan y muestran, por un lado, el fracaso de las proclamas y compromisos hechos en los foros internacionales, y por otro, la incapacidad de los gobiernos locales para concretar reformas educativas efectivas y de alto impacto.

En nuestro país, la investigación realizada por Gilberto Guevara Niebla en 1992, puso al descubierto la crisis de la educación a la que llamo “La catástrofe silenciosa” asegurando que México era un país de reprobados, en el que “los niños no aprendían lo que debían aprender y los maestros no enseñaban lo que debían enseñar, pero nadie se quejaba, ni la educación era materia de preocupación pública”.

26 años después, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en su informe 2018 de la educación obligatoria en México, al hacer referencia a las evaluaciones que se aplican en México para revisar el aprendizaje, como la del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) o el  Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), reconoce que: Los resultados obtenidos a partir de ellas muestran bajos logros de aprendizaje por parte de una proporción muy alta, a veces mayoritaria, del alumnado. Los estudiantes obtienen calificaciones por debajo del nivel básico de desempeño tanto en Lenguaje y Comunicación como en Matemáticas. El porcentaje de alumnos que no logra los propósitos básicos de aprendizaje aumenta conforme se avanza en los niveles educativos.

El camino para lograr el ideal educativo, está lleno de buenas intenciones, como las de los foros y conferencias internacionales cuando se comprometen a garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad o los compromisos planteados en los programas sectoriales de educación. Así al inicio del presente sexenio de Enrique Peña Nieto, se proclamaba la intención de Asegurar la calidad de los aprendizajes en la educación básica y la formación integral de todos los grupos de la población. (Plan Sectorial de Educación 2012 – 2018). El rotundo fracaso de la última reforma educativa promulgada en el 2012 y la imposición de un modelo educativo que solo provoco desajustes curriculares e incertidumbres en los maestros, evidencian que la catástrofe educativa es lo único que permanece.

Es importante dejar claro que, si las escuelas siguen de pie, es mérito incuestionable de los Maestros, porque a pesar de estar a fuego cruzado entre evaluaciones y modelos educativos de ficción, son ellos los que están en la trinchera real dando la batalla por las niñas, niños y jóvenes.

En este escenario complejo, contradictorio y desesperanzador, la agenda educativa de ciudad Juárez, tendrá que asumir el desafío de contribuir a cumplir los objetivos de la agenda educativa 2030.

La Ley Estatal de Educación, le otorga facultades no solo para desarrollar un plan municipal de educación, sino para establecer, financiar y administrar Escuelas municipales. Juárez puede convertirse en el primer Municipio del país con una política educativa municipal, que trascienda la función de municipio proveedor a municipio educador.

La estrategia política para lograrlo, tiene que sustentarse en alianzas, tanto con la federación, el Estado y la iniciativa privada, que soporten el presupuesto que se requiere para Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

Es fundamental ciudadanizar la educación, para construir una nueva cultura de participación ciudadana a favor de la educación de sus hijos. No solo se trata de que el gobierno aporte y gestione, sino de implicar a las familias en su compromiso con una buena educación para todos. Las buenas intenciones tienen que convertirse en voluntad política para colocar a la educación como prioridad en la política pública nacional, estatal y municipal, con todo lo que ello implica. En Juárez la convocatoria es a movilizar las estructuras de gobierno, a la ciudadanía y al magisterio, para que Juárez se convierta en un Municipio Educador que les garantice a Niñas, Niños y Adolescentes el derecho a una buena educación.

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