El Juglar de la Red

 

Por Rafael Cano Franco

 

El impacto económico del Covid-19

En la actualidad la población mundial se estima en 7 mil 700 millones de personas y al menos tres cuartas partes de esa cifra se encuentran sumidas en el pánico por la presencia de un virus que apareció en China y al cual se le conoce como “coronavirus” o Covid-19, como lo identifican los médicos y organismos de salud.

Hasta el día de ayer, los infectados por Covid-19 sumaban “apenas” poco menos de 150 mil personas distribuidas en todo el mundo eso es el 0.00020 por ciento de la población, siendo China, Italia, España y Estados Unidos, Japón y Corea las naciones que más casos presentaban, mientras que la región de Centroamérica, América del Sur y África eran las menos afectadas con la presencia de esa enfermedad.

Según cálculos matemáticos realizados por la UNAM, se espera que a fines de marzo “estalle” el virus y existan entre 15 a 20 mil casos de Covid-19 en México, frente a un universo de 120 millones de mexicanos estamos hablando que menos del 0.001 por ciento de la población en el país se va a infectar.

Según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la letalidad de Covid-19 es del 2 por ciento, eso significa que más allá de lo contagioso que puede resultar –lo cual también es fácil evitar con determinadas medidas higiénicas–, tener la enfermedad no necesariamente significa una sentencia de muerte. Es más, de las 150 mil personas infectadas actualmente 5000 perdieron la vida y se trata de casos con problemas de salud previos al contagio de “coronavirus”, según citan los expertos en salud.

En la historia de la humanidad se han presentado pandemias mucho más graves y mortales que el Covid-19; ahí está el caso de la peste negra en Europa que acabó con la mitad de las personas en el mundo conocido de la edad media, recordar el brote de influenza española a principios del siglo XX que diezmo la población mundial.

Hoy día es más fácil morir por deficiencias en la salud derivados de diabetes o por problemas relacionados con la obesidad o con el hambre, que de coronavirus; es más, en México hay 53 casos registrados en todo el país y han aparecido a “cuentagotas”, es todavía más aterradora la tasa de feminicidios, 11 diarios, y a pesar de esos datos ninguna de esas causas de muerte tiene el impacto económico que este virus salido de China ha generado.

En Europa se han cancelado eventos masivos, desde los deportivos, conciertos musicales o concentraciones de personas con miles de millones de euros en pérdidas; el mundo cerró sus puertas a productos elaborados en China, lo cual ha paralizado buena parte de la industria que depende de los insumos que produce ese país; los Estado Unidos cerraron sus fronteras a los vuelos europeos, también sus ligas deportivas han suspendido temporalmente sus actividades; países como El Salvador, donde no hay un caso detectado, iniciaron una cuarentena sanitaria y está en análisis si se realizan los juegos olímpicos de Japón.

En México, a pesar de los pocos casos, han empezado a darse manifestaciones de pánico: compras masivas de papel sanitario –no existe una correlación entre tener la parte final del aparato digestiva limpia con la enfermedad–, de agua embotellada y de jabón y gel desinfectante. El incremento en el precio del dólar con respecto al peso también es un efecto colateral que tiene el Covid-19 con la economía de México.

A diferencia de Estados Unidos, el gobierno mexicano determinó recibir los vuelos rechazados por aquel país provenientes de Europa alegando cuestiones humanitarias y las medidas sanitarias implementadas en aeropuertos y terminales portuarias han sido laxas, por no decir nulas.

Más allá de la actitud relajada del gobierno federal y la poca difusión que da a las medidas de higiene preventivas,  son las redes sociales las que han encargada de llenar con información, pero también con desinformación, a los ciudadanos; ahí encontramos folletos de sanidad personal, medidas preventivas para evitar el contagio, recetas para eliminar el virus y curas milagrosas (en Francia el gobierno inició una campaña para decirle a sus ciudadanos que inhalar cocaína no ayuda a combatir la enfermedad).

Conocemos los estragos del Covid-19 en Roma, Madrid, Miami, Nueva York, Tokio o Wuhan, gracias a los vídeos que profusamente circulan en redes sociales y eso genera pánico, pero más nos aterramos al buscar las acciones conjuntas de los gobiernos para prevenir al máximo los contagios y no aparecen por ningún lado.

El gobierno federal y los estatales se han manejado muy relajados en este tema de salud, su acción más contundente consiste en dar un informe diario sobre el número de contagios, pero poco se han preocupado por informar masivamente las medidas de prevención e incluso distribuir paquetes con productos de higiene para evitar desabasto y compras de pánico.

Si bien la enfermedad no tiene una letalidad impresionante, su capacidad de contagio y los efectos paralizantes en las personas infectadas, representa un serio problema para la economía que ya se ve, pero que el gobierno parece no querer darse cuenta.

 

Rafael Cano Franco.

Presidente del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.

Reportero y Conductor de noticias

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