El Juglar de la Red

Por Rafael Cano Franco.

El humanismo presidencial

Mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró en su conferencia mañanera que su gobierno “cuida a los integrantes de las bandas” alegando que son seres humanos; en Cajeme, personal de la Secretaría de Marina y de la Policía Municipal incumplían con ese mandato al abatir a dos personas durante un enfrentamiento y detener a otros tres.

El Presidente pretendió justificar la vergonzosa situación exhibida en video, donde un grupo de hombres armados perseguía a militares quienes huían a toda velocidad en sus vehículos sin intentar siquiera enfrentarlos. De acuerdo al presidente López Obrador eso se debe a que “los integrantes de las bandas, son seres humanos” y de eso deriva que su gobierno los cuida, calificando que la actitud de los militares –de huir despavoridamente—fue “una actitud responsable”.

López Obrador también justifica ese comportamiento vergonzoso de los militares como un acto humanista de su gobierno, una manifestación de lo diferente que es con respecto a los anteriores mandatarios.

Esta postura del gobierno, de ser un “cuidador” de los delincuentes y no enfrentarlos; más allá de un acto de cobardía parece complicidad.

Esa percepción de complicidad se refuerza luego de que el dirigente del PAN, Marko Cortés exigió a la Fiscalía General de la República, que el candidato de Morena en Tamaulipas, Américo Villarreal y el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado deben ser investigados por las acusaciones de que recibieron financiamiento del líder “huachicolero”, Sergio Carmona, asesinado en Nuevo León.

Ese humanismo que el presidente López despliega con los integrantes del crimen organizado no lo refleja en otros grupos.

La atención para los niños con cáncer no le merece esa misma compasión, por el contrario desde su gobierno se asegura que son arietes de los grupos neoliberales para desprestigiarlo. Para los niños y niñas con cáncer no existe el menor asomo de humanismo, pues a pesar de que se viene repitiendo que ya se van a abastecer los medicamentos que requieren, es momento de que todavía no llegan.

Ese humanismo con los grupos criminales lo ponen en duda las madres buscadores, como Cecilia Flores, quien desde hace mucho tiempo insiste en una audiencia con autoridades de la Secretaria de Gobernación o con el mismo presidente López Obrador, pero sus llamados no son escuchados.

Esa actitud humana con las bandas de sicarios que diferencia a este gobierno de otros, no se aplica para los grupos feministas que piden mayor seguridad para mujeres, atención a los feminicidios y agilidad en la búsqueda de mujeres desaparecidas.

El humanismo del presidente es selectivo y muy exclusivo. Pareciera que solamente aplica a los grupos criminales porque ni siquiera complace a la tropa militar y menos complace a los policías honestos que arriesgan sus vidas a diario para tratar de frenar las operaciones de los cárteles de las drogas.

Es muy singular ese sentimiento humano que inclina el ánimo del Presidente, porque lo lleva a abogar por dictadores y violadores de los derechos humanos como son los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, mientras que en México se instala un cerco militar para evitar que los grupos de migrantes puedan transitar seguros hacia los Estados Unidos.

Mientras que desde la Presidencia de la República se tiene especial cuidado en no lastimar a los criminales, no existe una política para ayudar a las viudas de los policías asesinados, precisamente por esos mismos grupos criminales que él defiende; ellas al perder al sustento de su familia tienen que organizar marchas de protesta porque las autoridades correspondientes se desatendieron de sus responsabilidades y las dejaron a su suerte con todo y sus hijos.

Mientras que soldados y policías deben “cuidar” a los criminales y no molestarlos, también están obligados a aceptar las vejaciones cuando son capturados en algún operativo, como el vídeo donde un pelotón fue sorprendido por un grupo de personas armadas en la zona del Triángulo Dorado; o el video de un elemento de la Guardia Nacional a quien le perdonan la vida por la intercesión de un alcalde en Guerrero, quien también era el Jefe de la Plaza; o como en Caborca elementos de la Guardia Nacional fueron intimidados por un par de sujetos armados.

Algunos dicen que con estas declaraciones el Presidente fue frívolo y condescendiente con los grupos criminales, para otros es simplemente la muestra de que su gobierno se encamina a ser cooptado por el crimen organizado, si es que no lo fue ya. Que dirá el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), hoy aliado de Morena y del Presidente que no hace mucho proponía la pena de muerte a delincuentes.

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