El dinero es moral, ético, místico y estético

Por Gilberto Miranda Chávez.

Analista Político, Catedrático de Asignatura

e Innovación de Negocios y Mercadotecnia

¿Qué es el dinero? La ciencia económica define al dinero como cualquier mercancía aceptada de manera general como medio de intercambio y reserva de valor. Ejemplo: ¿Una manzana es aceptada de manera general como medio de intercambio? No, una manzana no es una mercancía aceptada de manera general como medio de intercambio, porque, aunque casi todos comemos manzanas, habrá alguien que por alguna razón no, con lo cual al no ser aceptada de manera general como medio de intercambio entonces no cumple con la primera condición. ¿La manzana es reserva de valor? No, la manzana no conserva su valor, o dicho de otra manera conserva su valor durante muy poco tiempo, hasta que se pudre, entonces tampoco cumple con la segunda condición. Por lo tanto, la manzana no es dinero.

Pero partamos de un supuesto: en México, absolutamente todos comemos manzanas y, además, la tierra de las diversas regiones del país produce manzanas duraderas que no se pudren tan rápido ni siquiera bajo complicadas condiciones climáticas. Entonces, sabiendo que esas dos condiciones se cumplen, la manzana se convierte en dinero. ¿Se pueden realizar compras usando las manzanas como dinero? Sí, claro, ya nada más faltaría saber cuánto pesa cada manzana, en qué condiciones está y cuál es su sabor, para poder determinar el valor unitario. Con lo cual, aun considerando a las manzanas como dinero, las transacciones serían sumamente complicadas de poder realizarse y los criterios de valoración de cada unidad de manzanas podrían variar enormemente, lo que entorpecería el intercambio.

Sigamos con el supuesto: en México, aunque las manzanas son consideradas dinero porque son aceptadas de manera general como medio de intercambio y además conservan su valor durante un periodo de tiempo considerable, surge el problema de determinar el valor de cada unidad de manzanas. Por lo tanto, se decide que para evitar tener que estar valorando cada unidad de manzanas para realizar una transacción, entonces ahora las transacciones se realizarán de manera directa, es decir a través del trueque. Entonces cada persona que posea un producto o realice un servicio podrá cambiarlo con otra persona que posea otro producto o realice otro servicio, en donde exista un interés mutuo de lo uno por lo otro y bajo la misma valoración subjetiva determinada por ambas partes que están negociando el intercambio.

Finalicemos con el supuesto: en el mercado que es un sistema dinámico en donde participan oferentes o vendedores con los demandantes o compradores, todo se realiza a través de transacciones voluntarias e indirectas, en donde interviene el dinero, y en el cual el precio está determinado no por los costos de producción, sino por la valoración subjetiva que hacen los consumidores acerca de los productos o servicios que psíquicamente perciben que son necesarios para mejorar su calidad de vida. El precio, es por lo tanto una valoración subjetiva y un registro histórico de intercambio entre oferentes y demandantes que indica en qué cantidades hay que producir y en qué cantidades hay que vender. En esas transacciones, el dinero es el medio general de intercambio obtenido de manera legítima y legal, que facilita el funcionamiento de la sociedad para que cada uno pueda acceder a los bienes necesarios.

El dinero es obtenido gracias a la perspicacia empresarial, es decir ofreciendo productos y servicios a quienes los valoran y los necesitan. De esa manera, se producen los intercambios y es el dinero de forma indirecta el que aumenta exponencialmente la posibilidad de intercambiar bienes entre las personas, no el trueque de forma directa. Por lo tanto, el intercambio produce bienestar y mejora la calidad de vida de los seres humanos. ¿Pero por qué es necesario intercambiar productos o servicios? Porque todas las personas tenemos algo que nos sobra pero también tenemos algo que nos falta, y de esas desigualdades entre los seres humanos surge la necesidad de intercambiar. Entonces la desigualdad no es mala, sino que nos impulsa a ofrecerle a los demás algo que les beneficie y, por consecuencia, que nos beneficie a nosotros mismos. En definitiva, no necesitamos una sociedad que luche por la igualdad, lo que necesitamos es una sociedad que luche por la libertad de la propiedad en donde todos podamos ofrecernos productos o servicios sin la intervención del gobierno a través de los impuestos… la sociedad que lucha por la igualdad está condenada a la pobreza.

Comentarios de Facebook

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies