Educar en Tiempos Electorales
Mtro. Gabriel Dueñas.
Analista
Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente, nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte. Pancho Villa
Prioridad en el discurso, promesa de campaña, asignatura olvidada en la realidad, la educación en este país, sobrevive de parches improvisados por cada sexenio político, desde las reformas impuestas por los gobiernos en turno.
Asumir que las políticas educativas diseñadas y operadas desde la Secretaria de Educación Pública y concretadas en las reformas educativas sexenales, no han resuelto los grandes problemas que aquejan al Sistema Educativo Nacional, cuestionan fundamentalmente a un Estado Mexicano, que, por ley, está obligado a ser garante del derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes de México.
El desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), apuntaba en su informe 2019 que:
El consenso internacional señala que el derecho a la educación sólo puede considerarse garantizado cuando la que se imparte es de calidad, de manera que los nuevos retos de los sistemas educativos no sólo implican lograr que la distribución de la educación sea igualitaria, sino también que ésta sea justa y equitativa; es decir, que su oferta satisfaga las necesidades de todos aquellos que la reciben. INEE[1]
En ese mismo informe el INNE, destaca aspectos que dibujan una crisis educativa que dan cuenta del tamaño del desafío al que se enfrentan los gobiernos de todos los niveles y que siguen manteniendo como una agenda pendiente, sino es que olvidada:
A pesar de los importantes avances del Estado mexicano, las evaluaciones desarrolladas por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señalan grandes desafíos que es necesario enfrentar, no sólo por las insuficiencias en la cobertura y la permanencia escolares, sino también por los bajos niveles de logro de los estudiantes. A lo anterior se suma la desigualdad observada entre los distintos tipos de servicios educativos.[2]
[1] INEE (2019). La educación obligatoria en México. Informe 2019. México: INEE.
[2] IDEM.
El panorama del estado que guarda la educación en México es realmente preocupante. El actual Gobierno de la 4T, en su Programa Sectorial de Educación 2020-2024, denuncia que:
En la actualidad, la educación en México reproduce las desigualdades regionales, sociales y económicas. Durante décadas, las políticas educativas oficiales concentraron su acción en ciertas partes del sistema, mostrando negligencia hacia otras. Ejemplos de esa mirada parcial se ilustran observando la distribución del presupuesto, el cual ha beneficiado invariablemente a las escuelas urbanas sobre las rurales e indígenas, las tasas de analfabetismo de dos dígitos para ciertas entidades federativas y las brechas en el logro educativo de los grupos históricamente discriminados.[1]
La cosa es, que la buena educación sigue siendo una bandera para adornar las campañas política en tiempos electorales, en los que los candidatos de los diferentes partidos en contienda, prometen “las mil y una estrategias para mejorar la educación”. Por supuesto que la ciudadanía ha aprendido a medirlos con su sabiduría, expresada como Vox Populi: nunca cumplen sus promesas o llegan al gobierno y se olvidan de lo que prometieron.
El proceso electoral federal 2020-2021. Está prácticamente en marcha y el ajedrez político a todo vapor movilizando a la clase política en la carrera por ganar una candidatura. Los tiempos que vienen son tiempos electorales.
En el tema de la educación, los candidatos en sus plataformas políticas que definen sus ofertas de gestión política ante los ciudadanos, tendrán que considerar este escenario de crisis del sistema educativo nacional.
Las propuestas o promesas del candidato en el tema de educación, tienen que ser propuestas estratégicas e inteligentes y no prometer más de lo mismo o anunciar que impulsaran proyectos sin viabilidad económica, ni técnica, ni pedagógica, ni política.
Ofrecer becas, útiles escolares, combatir el rezago escolar, garantizar el acceso universal para todos y todas, modernizar la infraestructura escolar, impulsar programas digitales, ofrecer incluir idiomas extranjeros, colocar al centro a la escuela, a los alumnos o a los docentes, desayunos escolares, mayor participación de los padres de familia, incrementar el presupuesto, programas de mejoramiento profesional para el magisterio o reivindicar su dignidad, reformar las instituciones formadoras de docentes y declarar que harán de México un país educador de excelencia, significa no tener una lectura clara de los fracasos de políticas educativas o de las promesas incumplidas por candidatos y gobernantes.
[1] PROGRAMA Sectorial de Educación 2020-2024. DOF: 06/07/2020
Los próximos candidatos tendrán un enorme desafío y un gran compromiso ético – político, cuando piensen y diseñen sus propuestas para enfrentar y resolver los graves problemas que mantienen al sistema educativo nacional atorado en una crisis más letal que la pandemia, porque esta crisis educativa si manda al paredón de la ignorancia a generaciones de niñas, niños y jóvenes por muchos años, sino es que por décadas.
El INEE, en el citado informe publicado antes de su desaparición, aporto estas propuestas:
Una agenda posible para el cumplimiento del derecho a una educación de calidad para todos
1. Desarrollar acciones que incidan en el acceso, la permanencia y el logro de los estudiantes
2. Establecer una política transversal de equidad educativa en favor de las poblaciones vulnerables (rural, indígena, migrante y con alguna discapacidad)
3. Definir un modelo de educación rural
4. Incrementar gradualmente el presupuesto público y generar estrategias para su distribución más efectiva.
5. Fortalecer el marco normativo tendente a flexibilizar los esquemas de gestión escolar y a mejorar la asistencia técnica.
6. Mejorar las condiciones de infraestructura, servicios básicos, equipamiento y mantenimiento de las escuelas.
7. Asegurar la relevancia, la adaptabilidad y la flexibilidad del currículo y su correspondencia con materiales educativos suficientes.
8. Mejorar los esquemas de formación inicial y continua de los docentes, así como a las instancias encargadas de proveer esta formación.
9. Establecer esquemas de incentivos laborales y desarrollo profesional que motiven a los docentes.
10. Incrementar el apoyo a las autoridades locales que enfrenten mayores rezagos educativos, así como el respaldo de iniciativas efectivas en las entidades.
11. Involucrar más y mejor al ámbito municipal en los procesos de apoyo a la gestión escolar.
12. Fortalecer la evaluación del SEN como un insumo que permite medir los avances, detectar las brechas y los vacíos en la atención, y generar estrategias focalizadas que hagan más incluyente, equitativa y de calidad a la educación en México.[1]
[1] IDEM.
Si bien es cierto que los temas más sensibles y preocupantes para la ciudadanía, son la seguridad, el empleo, la vivienda, la salud entre otros. La educación deberá asumirse como prioridad fundamental en las propuestas de campaña y concretarlas en programas estratégicos y acciones programáticas desde los diferentes niveles de gobierno.
Hacer demagogia política, encender ilusiones vanas y levantar las banderas de un marketing político para manipular, mediatizar y comprar conciencias, constituyen prácticas políticas electoreras que muestran la ignorancia de los candidatos de la realidad real de lo que está pasando en el campo de la educación.
Hacer política inteligente, diferente, innovadora y desde abajo, construyendo campañas en la acción, luchando a brazo partido con los de abajo, por sus necesidades o demandas educativas, implica mostrar a un candidato comprometido, no con sus intereses personales, de grupo o de partido, sino con los intereses de la ciudadanía. Un candidato capaz de trazar un programa de campaña, para EDUCAR EN TIEMPOS ELECTORALES.