Becas para la industria automotriz

Por Gilberto Miranda Chávez.

Analista

La recién nombrada secretaria de Economía del Gobierno Federal, Raquel Buenrostro Sánchez​, quien es matemática, economista y política, en el programa “El chamuco”, transmitido el 14 de julio del 2022, comentó: “Dicen las automotrices: ‘pero es que te doy empleo’; le digo: ‘pero es que a mí me sale más barato tener como gobierno un programa que diga ‘Becas a los Trabajadores Automotrices’, les damos el mismo sueldo a todos sus empleados y a ustedes también como ejecutivos y nos cuesta menos de $150 mil millones de pesos, ósea, nos sale más barato, que no trabajen y mandarles el sueldo a su casa”.

¡Que pésimos economistas hay en México! En ese párrafo, en esas declaraciones, queda al descubierto el nivel de los economistas que hay en el país, siempre adoradores de las políticas públicas implementadas en favor de la clase política y en detrimento de los ciudadanos.

El gobierno y la academia, están repletos de economistas intervencionistas, cuyo único objetivo es detraer riqueza de la sociedad. Y es que con tan solo plantear una idea así, cualquier persona que sí sepa de economía se puede dar cuenta que los economistas de este país están entre el socialismo moderado y el socialismo radical, pero siempre en el socialismo.

Primero: las empresas automotrices no solo dan empleo, sino que, además, como todas las empresas, cumplen con una labor social. Las empresas, cuando invierten, elevan el nivel de inversión de factores de producción por persona, por ejemplo, la maquinaria, lo que hace que los trabajadores sean más productivos y los demás sectores se vean obligados a elevar los salarios para competir por mano de obra. Poner restricciones a la inversión en factores de producción por habitante es complicar la posibilidad de incrementar los salarios a través del factor trabajo.

Segundo: en cuanto al ejemplo de la idea del programa “Becas a los Trabajadores Automotrices” y ofrecerles el mismo sueldo a todos, a cambio de que no trabajen, es la más clara evidencia del socialismo económico. ¿Por qué todos deben tener el mismo salario si cada uno aporta algo distinto a su empresa? Y si no hay quien trabaje, los niveles de producción caen, los bienes de consumo escasean, mientras que la demanda de los mismos bienes aumenta, provocando una inflación derivada del incremento en los saldos de tesorería en los bolsillos de la gente a través de los programas sociales.

Tercero: si los individuos no trabajan, se produce una contracción creativa, esto quiere decir que el ser humano pierde la capacidad de descubrir nuevas oportunidades de ganancia que lo impulsen a aprovecharlas mediante su espíritu creador de productos y servicios. Por lo tanto, al no descubrir oportunidades de ganancia y no producir los bienes que satisfagan esas necesidades de forma voluntaria, las personas se ven obligadas a hacerse con los bienes que satisfagan sus necesidades, pero de forma violenta. Porque el espíritu creativo se suprime y la colaboración necesaria que es propia del trabajo en sociedad desaparece.

Cuarto: habría que recordarle a la secretaria de Economía que cuando dice: “nos cuesta menos de $150 mil millones de pesos”, en realidad, no le cuesta al gobierno, nos cuesta a los ciudadanos que pagamos por la fuerza los impuestos. Es decir, que su absurda idea de pagar por no trabajar la tenemos que financiar entre todos, para que en la foto salgan ellos, los políticos.

Tal situación, es inaceptable y debe ser evidenciada en los medios, en las empresas y en la academia. El país está en el camino al socialismo, la situación es grave.

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