AMLO sin retrovisor en la CELAC

Jesús A. Galindo.

Analista

“Se los digo Maduro, Díaz Canel y Daniel Ortega, para que me entiendas AMLO”

En el capítulo XXXVlll del hidalgo Don Quijote de la Mancha, el ingenioso caballero logra sentarse a la cabecera de una gran mesa de invitados a comer, desde allí el caballero asume el papel principal y los asistentes escuchan sus reflexiones.

Andrés Manuel (AMLO), presidente de México, fue el anfitrión de la cumbre de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe 2021 (CELAC). Desde los primeros años del gobierno, AMLO ha estado sembrando y cultivando sus relaciones con algunos países de Centroamérica y más que cerrar el ojo a los mandatarios de Cuba y Venezuela, los ha arropado, desde Raúl Castro de Cuba y actualmente Díaz Canel de Cuba y Nicolás Maduro de Venezuela, suelen ser invitados en sus discursos y en Palacio Nacional, no se diga de Evo Morales de Bolivia durante su asilo en México. Es decir, AMLO se sigue esmerando en propiciar favores a cobrar a los mandatarios de Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, gobiernos claramente de corte dictatorial, ya sea en apoyos económicos, donación de vacunas covid, dedicatorias y defensas discursivas ante los Estados Unidos.

La agenda de la cumbre se compuso de 6 capítulos: Reactivación económica regional tras la pandemia; Relación con socios extra regionales; Medio ambiente y cambio climático; igualdad, género y diversidad; innovación, e integración latinoamericana y Caribe. En ninguno se consideró el libre comercio, la migración, ni la salud como otros grandes capítulos.

Al igual que aquellos mandatarios de centralismos, AMLO gobierna de izquierda y no se quita, no usa el retrovisor para medir el entorno internacional, donde una sola palabra despierta la desconfianza y la prudencia, del ambiente nacional ni se diga su displicencia y su recurrente provocación. Peligrosamente hacia el norte, AMLO aplica el “voy derecho y no me quito.”

En la cumbre CELAC, celebrada estos días de septiembre en México, AMLO no logró el protagonismo del ingenioso Don Quijote en la mesa, al contrario, la figura del presidente pasó a las gradas y sus expectativas se derrumbaron. No hubo el consenso esperado para sustituir la Organización de Estados Americanos (OEA) anticipadamente promovido por el AMLO con los países miembros de la CELAC. La respuesta de los mandatarios Latinoamericanos y del Caribe, es considerar un cambio en la filosofía, pero no tergiversar el organismo. Los mandatarios de Uruguay y Paraguay, no llegaron complacientes a la cumbre, sin el ánimo para compartir la sal, se presentaron señalando la falta de democracia en Cuba, Nicaragua y Venezuela, sin respetar derechos humanos, donde acosan y persiguen a la oposición de aquellos países. Esas intervenciones entre canciones y retos al debate sacaron de las cámaras y le movieron el tapete de AMLO.

El ego de AMLO quedó dañado. Si el presidente pretendía romper la piñata y tomar el liderazgo de los integrantes de la CELAC, solamente alcanzó a tomar dulces menores, aquellos que se desaíran. AMLO, que no México, esforzado en formar un cuarteto con Cuba, Nicaragua y Venezuela, no es gracioso un bloque que ni siquiera es probable que AMLO sea capaz de levantarse como líder, muy distante que se cultive la arenga en MORENA a la convocatoria a mandatarios de la CEPAL.

Los discursos de los presidentes de Uruguay y Paraguay, Luis Lacallle y Mario Abdo respectivamente, no solamente fueron un reclamo directo y a la cara de Nicolás Maduro y Díaz Canel, son una dedicatoria “para que me entiendas AMLO”. Porque Andrés Manuel, pretende seguir su recta por la izquierda en la política exterior, sin mirar a los lados y mucho menos el retrovisor, precauciones que si se toman en cuenta en la CELAC.

No es que se despreciara la agenda del CELAC, lo que pasa es que las deudas de libertad, democracia y derechos humanos en los países señalados por Uruguay y Paraguay, siguen siendo un pasivo muy alto que no permiten una integración confiable.

Antes de apagar. – Si alguien ganó en la CELAC, fue Marcelo Ebrard. El propio AMLO lo presentó en la sociedad de los mandatarios, fue el secretario quien moderó las intervenciones de los presidentes y hasta se acomodó en la fotografía oficial, los medios tomaron nota. ¿Fue un error de AMLO, no invitar con mayor presencia a Claudia Sheinbaun?

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