Ciudad de México – Luego de permanecer en venta durante 52 meses y ser comprado, el avión presidencial dejó ayer viernes territorio mexicano.

Aunque su nuevo hogar será en Tayikistán, la aeronave viajará primero a Estados Unidos, ahora con la matrícula OMD179.

“Lo van a llevar a Estados Unidos, donde ellos van a realizar ciertas adecuaciones y posiblemente algunos últimos mantenimientos para posteriormente pintarlo y llevárselo a su país”, informó el director de Banobras, Jorge Mendoza.

La tarde de ayer, el Boeing 787-7 despegó a las 16:20 horas desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), tras ser adquirido por unos 92 millones de dólares por el Gobierno de ese país asiático.

El José María Morelos y Pavón dejó el país ya sin su matrícula 3523 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).

El Gobierno federal no organizó ninguna ceremonia o acto protocolario para despedir al TP-01, calificado como “símbolo de la corrupción”.

“Ya se fue el avión presidencial, esta tarde realizó su último despegue del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Adiós a ese símbolo de corrupción y de derroche; su costo ha sido un insulto para el pueblo de México”, tuiteó ayer el vocero presidencial, Jesús Ramírez.

El avión fue fabricado en 2010, adquirido en 2012 por la Administración del presidente Felipe Calderón y estrenado por el presidente Enrique Peña Nieto.

Tiene mil 759 horas de vuelo y, para su uso como transporte del Jefe del Estado mexicano, fue equipado, de manera personalizada, asientos especiales, alcoba, sala de juntas, baños y caminadora, con un costo de casi 80 millones de dólares.

En 2012, el avión fue comprado por 217 millones de dólares.

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