Agencias – Macarena tiene dos años y medio. Es la más pequeña de cuatro hermanos. Después de un año del cierre de las escuelas en México por la pandemia, ha regresado a tomar clases en las instalaciones de su colegio. A pesar de traer puesto un cubrebocas, sus ojos denotan emoción y alegría.

La escuela a la que asiste es de los pocos colegios particulares en el país que ofreció desde el inicio del ciclo escolar 2020-2021 una solución de educación presencial para los alumnos de preescolar. Al no poder tener el plantel abierto, la institución organizó grupos burbuja de seis a siete alumnos en casas particulares, similar al modelo que implementó Dinamarca.

En ese país europeo, los alumnos se organizaron en grupos pequeños y en cada grupo los niños hacían todo juntos sin convivir con el resto de los grupos; de esta forma se lograron controlar los contagios.

El colegio de Macarena proveía el mobiliario, llevaba a los profesores a las casas y seguía una serie de protocolos para salvaguardar la salud de alumnos y maestros.

Los alumnos de preescolar regresaron a clases presenciales el pasado 1 de marzo y la escuela irá incorporando poco a poco a grupos de mayor edad de forma escalonada. El objetivo es lograr regresar a los cinco grados de preescolar al plantel antes de que termine el año.

Durante el ciclo 2021-2022 se buscará hacer un esquema híbrido para los alumnos de primaria y secundaria, si es que el regreso a clases oficial se demora. La opción de las clases en línea se mantendrá para todas aquellas familias que aún no se sientan seguras de mandar a sus hijos a la escuela.

“La pandemia a todos nos obliga a extremar medidas a la hora de realizar este tipo de actividades. Nuestro equipo de intendencia fue entrenado por el Hospital Español para realizar una sanitización correcta de las áreas… Ahora utilizamos máquinas de sanitización que sueltan por 20 o 30 minutos una neblina que va empapando todo. Después todo se va limpiando con trapos que tienen una solución de cloro que no es nociva para el ser humano. El agua se va jalando con jaladores de vidrios y se va recogiendo en cubetas. Tuvimos que cambiar todo nuestro esquema de sanitización”, menciona el director del colegio de Macarena, cuya identidad pidió que permaneciera anónima.

Ante la necesidad de los padres de familia de abrir las escuelas que han permanecido cerradas desde el 20 de marzo de 2020, existen planteles privados que ya han regresado a clases presenciales, aunque no de forma oficial. Tal es el caso de los preescolares que se han dado de alta como estancias infantiles porque desde el 20 de julio el gobierno permitió su reapertura.

“Son las incongruencias de las decisiones que tomó el gobierno. Atiendes al mismo grupo de edad (menores de cinco años), pero si te llamas estancia infantil puedes abrir, si eres preescolar no. La diferencia es que en la guardería solo te cuidan a los niños y no están obligados a darles contenido”, explica Gonis Borbolla, vocera del movimiento Abre Mi Escuela y directora de un colegio particular en San Luis Potosí.

En el caso del colegio de Macarena, los directivos no pudieron darse de alta como estancia infantil, pues al hacerlo hubieran perdido los derechos ante la Secretaría de Educación Pública (SEP).

“Nosotros nos hemos manejado con cautela y hemos ido dando pasos pequeños. Desde octubre hemos ofrecido por las tardes actividades deportivas a los alumnos que lo desean en grupos reducidos con todas las medidas y nos ha funcionado muy bien”, dice el director del plantel.

La decisión para regresar a las aulas se tomó después de que éste tuviera una reunión con un funcionario de la Secretaría de Educación de su estado, quien le informó que dejarían a las escuelas particulares empezar a organizar su regreso a partir de marzo.

“Nos están dando mensajes contradictorios. Por un lado, dicen que no podemos abrir hasta semáforo verde. Es decir, oficialmente no se puede abrir, pero por debajo están diciendo que cada escuela vea cómo se puede ir organizando para un regreso a clases gradual. Con base en esto y sin ser oficial, nosotros estamos haciendo esta parte de regresar nuestros grupos burbuja al plantel como primera fase del regreso a clases”.

Añadió que a pesar de tener el visto bueno por parte de la autoridad local para regresar a clases presenciales, existe el riesgo de que cualquier persona que no esté de acuerdo con la reapertura de la escuela meta una demanda en el municipio y la obligue a cerrar.

“A mí no me importa arriesgar. Es bueno mirar qué están haciendo otros países. Mis hermanas son profesoras de preescolar en España, desde septiembre están funcionando al 100 y a la fecha no tienen vacuna todavía. Yo no quiero imaginar un colegio en México que diga ‘abrimos en agosto’ y a ver cómo lo hacen si no han tenido algún tipo de entrenamiento”.

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