Ciudad de México  –  Exportaciones e importaciones enfrentan un cuello de botella en la aduana de Ensenada debido a la inexperiencia, reducción de personal e incapacidad para tomar decisiones operativas por parte de los militares que ahora la administran, acusó José Luis Contreras Valenzuela, presidente de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO).

El embudo, explicó, ha generado que trámites de importación que se resolvían en menos de 24 horas, ahora tomen hasta siete u ocho días, con el consecuente incremento en el costo de la logística, que en algunos casos se dispara hasta 400 por ciento.

“Los contenedores te cobran renta por día, el patio de la aduana te cobra por la estancia, entonces, súmale. Lo que te podría salir en 600 dólares te puede salir en 2 mil 400”, indicó.

El incremento en el costo y las dificultades provocadas por la lentitud, señaló, han propiciado que empresas como Hyundai y Samsung se planteen cambiar su centro logístico a Long Beach, California.

De acuerdo con registros oficiales, desde octubre de 2020 el vicealmirante en retiro Adrián Arriaga Arteaga ha estado a cargo de la aduana.

Contreras ejemplificó que a principios de este mes el problema se agravó porque el administrador de la aduana decidió tomar el 5 de mayo como feriado, pese a que no es oficial, lo que se sumó al cierre por el 1 de mayo.

Aunque se le intentó disuadir para que trabajara la jornada completa, no hubo manera de que aceptara la petición de los exportadores, lamentó.

Otro factor que ha incidido para estrangular la aduana, dijo el empresario, es el reforzamiento de las inspecciones para detectar cargamentos de fentanilo, que hacen más lento el paso de la mercancía.

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