AP.- Las fuerzas de seguridad de Birmania entraron este miércoles a un pueblo del noroeste donde algunos residentes armados con fusiles de caza de fabricación casera se resistieron al golpe de Estado militar de febrero, mataron al menos a siete civiles e hirieron a muchos más, revelaron medios locales.

La ofensiva sobre la localidad de Kalay comenzó antes del amanecer, reportó la página de noticias Khonumthung Burmese. En los videos que publicó parecía haber ruidos de disparos de fusil y armas de gran calibre, así como de explosiones de granadas. Varias publicaciones en redes sociales dijeron que en el ataque se emplearon granadas propulsadas por cohetes, pero no hubo evidencia.

Al menos 581 manifestantes y transeúntes murieron a manos de las fuerzas de seguridad desde el alzamiento militar, del 1 de febrero, en Birmania que derrocó al gobierno electo de la líder depuesta Aung San Suu Kyi, según la Asociación de Asistencia a Prisioneros Políticos, que monitorea las cifras de víctimas y arrestos.

Casi todas las protestas han sido pacíficas, pero a medida que policías y soldados aumentaban el uso de la fuerza letal, algunos de los participantes consiguieron armas de fabricación casera como bombas incendiarias para su autodefensa. En Kalay, algunos residentes emplearon fusiles de caza caseros, sencillos pero letales.

El sitio noticioso en línea Myanmar Now informó el martes que los manifestantes en Kalay habían levantado reductos en los barrios y provocado bajas a las fuerzas de seguridad.

Añadió que el 28 de marzo, cuando el ejército intentó atacar Kalay, la gente de la localidad y aldeas vecinas opuso una resistencia encarnizada. El día anterior, las fuerzas de la junta habían matado a más de 110 personas en todo el país, la cifra más alta desde el golpe de Estado.

Según el informe, los manifestantes “no sólo resistieron, cuatro de ellos murieron esa noche, pero igual número del enemigo cayó, incluidos uno o dos oficiales; los manifestantes también lograron herir a 17 de sus agresores fuertemente armados”.

Los manifestantes, que se han organizado en un “Ejército Civil de Kalay”, provocaron más bajas en días siguientes, añadió.

Las movilizaciones diarias contra la junta militar de Birmania continuaron el miércoles en otras ciudades y localidades, incluyendo Mogok, en el centro del país, y Bago, al noreste de Yangón, donde según las redes sociales las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra la gente, usando munición de guerra.

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